miércoles, 10 de noviembre de 2010

Arica: reactivación indispensable

Un grupo políticamente transversal de destacados diputados aprobó un proyecto de acuerdo para solicitar al Presidente de la República que defina una política de Estado para el desarrollo de la multifronteriza XV Región de Arica y Parinacota. Este acuerdo plantea que se reformule la institucionalidad de esa zona, de modo que las autoridades locales tengan mayores facultades y cuenten con apoyo directo del gobierno central. De primera importancia, se señala, es la adecuada explotación de los recursos hídricos -los embalses, los pozos de la Concordia y la planta desalinizadora-.

Sobre el aprovechamiento del agua en esa zona pesan hoy dificultades incompatibles con el impulso de proyectos industriales y agrícolas, lo que agrava el decaimiento de Arica y Parinacota. Esto es incongruente con su significación estratégica, que todos los gobiernos han reconocido, pero sin emprender las rectificaciones que promuevan la realización de inversiones sustentables y conducentes a un desarrollo permanente.

El actual intendente de esa región, Rodolfo Barbosa, ha impulsado diversas iniciativas para mejorar la actividad pesquera, la conectividad entre Arica y Parinacota y el fomento de la educación superior, pero se necesita que el gobierno central brinde un apoyo sistemático, cuya ausencia explica el fracaso de sucesivos gobiernos pasados en sus planes de desarrollo. La actual situación exige revertir el decaimiento económico y el riesgo cierto de despoblamiento: en 2020 Tacna podría alcanzar 400 mil habitantes, mientras que para Arica se proyectan apenas 160 mil.

Esto es entendible, pues hay una desigualdad alarmante frente a lo que ofrecen las localidades allende la frontera con Perú.

No obstante, es factible sacar a la XV Región de su postración. Ella tiene, por ejemplo, potencial en cierta producción agrícola, por su clima excepcional en ciertas temporadas; cabría brindar mejoramientos portuarios a las exportaciones bolivianas; el turismo podría encontrar oportunidades inexploradas, por su clima y por atractivos arqueológicos semidesconocidos; la minería podría ser liberada de ciertas restricciones injustificadas; son concebibles planes educacionales con becas para investigadores y profesores calificados. De todo esto y mucho más hay abundante experiencia comparada no estudiada ni aplicada.

Recientemente, el subsecretario del Interior visitó la región y anunció la decisión gubernamental de aumentar en 37 por ciento el Fondo Nacional de Desarrollo Regional respectivo en 2011. Con ello se podrían sumar a la agricultura de Arica mil 500 hectáreas y abrir otras 42 mil a la minería, lo que representaría 15 mil nuevos empleos en menos de una década. Tales anuncios son una señal ciertamente positiva, pero la urgencia de la reactivación requiere una acción global mucho más enérgica.

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