miércoles, 30 de marzo de 2011

Complejo escenario para Chile si gana Ollanta Humala

Analista ve "conflictividad” con Perú si Humala gana las elecciones

Candidatos Presidenciales de Perú.

SANTIAGO.- La última encuesta de intención de voto realizada por la consultora Ipsos Apoyo en Perú, la lideró sorpresivamente el candidato nacionalista Ollanta Humala con un 22,8% de los votos, seguido de Keiko Fujimori con 22,3% y el ex Presidente Alejandro Toledo que obtuvo un 21,6%. El liderazgo de Humala tuvo reacciones, incluso la de un récord negativo en la Bolsa de Valores de Lima.

¿Qué pasa en Chile en un escenario político de Humala triunfador en las elecciones presidenciales peruanas del 10 de abril? Según los analistas, una de las cosas que podrían ocurrir es una mayor tensión en las relaciones diplomáticas con Chile, en medio del litigio marítimo ante el Tribunal Internacional de la Haya.

En palabras de la experta en política internacional de la Universidad Central, Pamela Figueroa, “las relaciones de Perú con Chile, en el caso que Ollanta
Humala llegara al poder, podrían estar enmarcadas dentro de una mayor conflictividad, porque Humala basa su discurso en una propuesta más nacionalista”,
señaló la académica en conversación con TERRA.cl

“Cuando Humala aumentó su representación en las encuestas, también hubo allí una cierta incertidumbre por parte de otros actores internacionales con respecto a cómo podría ser la política en Perú en relación a este tema”, agrega la especialista.

Para el analista internacional, José Rodríguez Elizondo, el candidato presidencial de Gana Perú, “tiene todo un pasado doctrinario ideológico anti chileno muy categórico, al mismo tiempo, tiene una doctrina que hace temblar a los capitales peruanos, ya se ha visto la caída de las bolsas en Lima”, precisó.

No obstante, para Elizondo, Humala ha mostrado menos odiosidad hacia Chile en el último tiempo. De hecho, en su plan de gobierno explicita que su política exterior con los países vecinos “se basará en el respeto a los tratados internacionales, la paz, la integración”. Hace pocos días dijo también que respetará el fallo de la Haya.

TOLEDO, UNA FIGURA CONOCIDA

Para la analista Pamela Figueroa, la postura del ex presidente peruano Alejandro Toledo parece ser más conocida. Según dijo, representa cierta continuidad, porque “el período en que Toledo fue Presidente hubo una relación bastante cordial con Chile, Toledo es uno de los dirigentes políticos peruanos que tienen un mayor conocimiento y relación con distintos sectores de la clase política chilena y uno podría decir que, en ese sentido, probablemente la relación podría ser más predecible”.

En el análisis de Rodríguez Elizondo, Toledo es un “peruano muy inteligente que tiene una gran preparación académica” y que “consolidó el despegue de la economía de mercado peruana”.

“En cuanto a Chile, naturalmente todos recuerdan que él fue el Presidente que actualizó el tema de la frontera marítima (…) Esto ahora le planteará el problema a Toledo, en caso de llegar a ser Presidente, de seguir drásticamente esta misma medida, porque le dio prestigio, refleja una especie de opinión peruana que se satisface por haber colocado ante un tribunal internacional al vencedor de la Guerra del Pacifico”, sostuvo ElizondoToledo menciona el asunto en su plan de gobierno, asegurando que va a “respaldar la demanda marítima del Perú en La Haya, ratificando en principio al equipo técnico y reforzándolo”.

OTROS CANDIDATOS

Keiko Fujimori, la hija del encarcelado ex mandatario Alberto Fujimori, también repunta en las encuestas. En su plan de gobierno no incluye una postura en materias de relaciones internacionales. Según Pamela Figueroa, no es un tema que le preocupe, ya que “necesita mucho mayor legitimidad interna por lo que ella representa al interior de Perú, porque obviamente la figura de su padre es bastante conflictiva”.

Para Rodríguez Elizondo, el candidato de la Alianza por el Gran Cambio, Pedro Pablo Kuczynski, que obtuvo un 15,8% de apoyo en el sondeo Ipsos, es la carta para pasar a segunda vuelta. Aclara que su posición respecto a Chile “no tiene prejuicios” y le vaticina un mejor escenario que a Keiko Fujimori.

“Yo creo que tiene más posibilidad en la última semana Pedro Pablo Kuczynski, porque contra Keiko están funcionando todos los anticuerpos de su papá, aunque ya es sorprendente que ella esté ubicada como está”, finalizó.

Entrevista a Diputado

Araya y política de alianzas del PRI: “Hemos tenido más coincidencia con la Concertación que con el Gobierno”

“Estamos abiertos a generar los pactos electorales que sean necesarios” con la oposición, afirmó el primer vicepresidente de la Cámara.

“A la DC le interesa sentarse a la mesa con el PRI”, asegura Araya.

Casi todos los martes un grupo de jóvenes diputados se reúne a comer en Valparaíso. Se trata de legisladores DC y de los ex militantes de esa colectividad Pedro Araya y Alejandra Sepúlveda, que en enero de 2008 dejaron la Falange —al alero de Adolfo Zaldívar—, en una de las mayores crisis que ha vivido ese partido.

La cena no es casual. Una serie de contactos se han venido sucediendo con los ahora PRI: la semana pasada la Concertación votó por Araya como primer vicepresidente de la Cámara; este miércoles en la sala de senadores DC los dos diputados se reunieron con Aldo Cornejo y Gabriel Ascencio, junto al senador Jorge Pizarro; y el 11 de abril cenarán en la casa del ex presidente de la Cámara Alta.

“A la DC le interesa sentarse a la mesa con el PRI”, asegura Araya.

—¿Es una alianza en curso?
—Se enmarca en un nuevo trato que quiere tener la DC con el PRI. Todos sabemos que tenemos una matriz común.

—Uds. están en una definición clave: ser oficialismo u oposición.
—Efectivamente, el PRI tiene que definir qué va a hacer respecto del gobierno de Piñera. Se vienen temas emblemáticos y vamos a tener que definirmos si vamos
a ser oposición o gobierno.

“Tengo una opinión bastante crítica del Gobierno”

—¿Cuál es su evaluación del gobierno de Piñera?
—Tengo una opinión bastante crítica de lo que ha sido el gobierno de Piñera. Ha habido muchos titulares y poca concreción de las cosas. Vimos grandes anuncios que no se han concretado hasta la fecha, se generó una sobreexpectativa respecto de muchos temas que no han logrado ser resueltos, entre ellos el 7% de los jubilados, el posnatal, temas de seguridad pública. Se ha perdido un año importante en materia legislativa, no se han sacado grandes proyectos. Además en la región que represento (Antofagasta), no vemos inversión pública.

—Ha trascendido que son más proclives a ser oposición a Piñera.
—No hay institucionalmente como PRI una decisión tomada; pero hemos tenido más coincidencia con la Concertación, que con el Gobierno. Hay temas que nosotros
planteamos que no han sido escuchados por el Gobierno. Hemos tenido varios desencuentros.

—¿Usted y Alejandra Sepúlveda van a volver a militar en la DC?
—No vamos a volver a militar. La conversación tiene que ser de igual a igual.

—¿Cómo se conjuga esto con que Adolfo Zaldívar, líder del PRI, sea embajador de Piñera?
—Cuando a Adolfo se le pidió aceptar la embajada en Argentina, se invocaron razones de Estado, la relación no estaba pasando por un buen momento. Pero la presencia de Adolfo no condiciona nuestros votos en la Cámara, no es vinculante.

—¿Cómo se institucionalizará la conversación con la DC?
—Como no estamos buscando volver a la DC, ni ser parte de la Concertación el día de hoy, lo que se va a institucionalizar es lo legislativo.

—¿Y cómo se conjuga esto con el acuerdo con la Alianza, que le permitió ser vicepresidente de la Cámara?
—El acuerdo es de gobernabilidad, la administración de la Cámara, no es un acuerdo político.

—¿Es posible un pacto electoral con la Concertación?
—El ánimo del PRI para la elección municipal es reeditar el pacto Chile Limpio. Hemos mantenido conversaciones con el Partido Ecologista.

—¿Se puede hacer un pacto a nivel de alcaldes con la Concertación?
—No descartamos nada. Estamos abiertos a generar los pactos electorales que sean necesarios.

viernes, 18 de marzo de 2011

Estos "cabros" son los que traen Lollapalooza a Chile

Estos “cabros” son los que traen Lollapalooza a Chile

Maximiliano del Río y José Manuel de la Barra, de Lotus Pro, llegaron a la Fundación Imagen de Chile a contar porqué se eligió esta capital para sacar por primera vez el megaconcierto fuera de Estados Unidos.

Maximiliano del Río y José Manuel de la Barra en la Fundación Imagen de Chile.

El año 1998 en la comedia “Loco por Mary”, uno de los farsantes que pretendía a la rubia de la película decía que había visitado dos veces Santiago en un año para, posteriormente, desmentirlo diciendo “¡a quién se le puede ocurrir ir a Santiago dos veces en un año!”. Esa ciudad sin onda quedó sepultada por la edición del 7 de enero de 2011 del New York Times, que posiciona a la capital de Chile en el primer lugar de 41 destinos turísticos top, argumentando la bullente “cultura moderna” que emana de sus calles.

Acercándose a esta segunda idea, el 2 y 3 de abril se llevará a cabo el festival de rock Lollapalooza, uno de los más importantes del mundo. La Fundación Imagen de Chile decidió celebrar este acontecimiento en compañía de de dos miembros de Los Búnkers (en videoconferencia, desde México) y la cantante Javiera Mena, que estarán en lo que ahora todos llaman el "Line Up" del concierto.

Sin embargo, los primeros en llegar a la conferencia donde la fundación celebraba a la ahora ondera ciudad, se encontraban los verdaderos responsables de que Perry Farrell, organizador del Lollapalooza original, se aventurase a traer a su creación favorita por estas tierras australes. Se trata de Maximiliano del Río y José Manuel de la Barra, que junto a su hermano Sebastián (De la Barra) conforman Lotus, gestora del megaconcierto.

“Cuando preguntan porqué Santiago decía ¿qué les respondo?¿Que Santiago es la mejor ciudad económicamente?”, dice Maximiliano, quien cree que al final “fue la buena onda que se armó” entre Lotus con Perry Farrell y su equipo lo que primó en las gestiones para elegir esta ciudad.

Esa buena onda se empezó a forjar en el festival de Coachella, en California, donde se dio el primer contacto con el equipo original de producción del festival alternativo. Después vino una visita a Lollapalooza Chicago y finalmente los chilenos invitaron a Farrell y compañía al festival Maquinaria, producido por ellos del año pasado.

CABROS RELAJADOS

“Somos cabros relajados, tratando de hacer las cosas no sólo con una finalidad económica, que si bien es muy importante, lo que queremos es que sucedan otras cosas”. Así define Del Río, economista de 30 años, a su equipo.

“Cuando ellos nos vieron a nosotros se vieron a ellos mismos retratados hace 20 años”, dice José Manuel de la Barra, de 25 años, quien lejos de pensar que la juventud transmitiera informalidad, cree que “les dio seguridad y confianza para renovar un festival como Lollapalooza con gente joven, con público joven y con música joven como es la de Santiago”.

“Hay productoras gigantes que tienen gerentes generales y lo único que miden es la productividad. Nosotros estamos funcionando con otro chip no más, ¿cachái? Y eso es todo”, explica Del Río, quien concluye que estamos frente a “una instancia diferente en un país donde nunca se han llevado a cabo festivales de esta magnitud. Esto conlleva también un cambio social, que la gente se va a tener que ir acostumbrando a que en Santiago las cosas sucedan. Y vieron que íbamos a vivir esto, que ellos ya habían vivido en Estados Unidos y pensaron que nosotros éramos las personas correctas para vivir este cambio”.

Estos cabros son los que traen Lollapalooza a Chile

Estos “cabros” son los que traen Lollapalooza a Chile

Maximiliano del Río y José Manuel de la Barra, de Lotus Pro, llegaron a la Fundación Imagen de Chile a contar porqué se eligió esta capital para sacar por primera vez el megaconcierto fuera de Estados Unidos.

Maximiliano del Río y José Manuel de la Barra en la Fundación Imagen de Chile.

El año 1998 en la comedia “Loco por Mary”, uno de los farsantes que pretendía a la rubia de la película decía que había visitado dos veces Santiago en un año para, posteriormente, desmentirlo diciendo “¡a quién se le puede ocurrir ir a Santiago dos veces en un año!”. Esa ciudad sin onda quedó sepultada por la edición del 7 de enero de 2011 del New York Times, que posiciona a la capital de Chile en el primer lugar de 41 destinos turísticos top, argumentando la bullente “cultura moderna” que emana de sus calles.

Acercándose a esta segunda idea, el 2 y 3 de abril se llevará a cabo el festival de rock Lollapalooza, uno de los más importantes del mundo. La Fundación Imagen de Chile decidió celebrar este acontecimiento en compañía de de dos miembros de Los Búnkers (en videoconferencia, desde México) y la cantante Javiera Mena, que estarán en lo que ahora todos llaman el "Line Up" del concierto.

Sin embargo, los primeros en llegar a la conferencia donde la fundación celebraba a la ahora ondera ciudad, se encontraban los verdaderos responsables de que Perry Farrell, organizador del Lollapalooza original, se aventurase a traer a su creación favorita por estas tierras australes. Se trata de Maximiliano del Río y José Manuel de la Barra, que junto a su hermano Sebastián (De la Barra) conforman Lotus, gestora del megaconcierto.

“Cuando preguntan porqué Santiago decía ¿qué les respondo?¿Que Santiago es la mejor ciudad económicamente?”, dice Maximiliano, quien cree que al final “fue la buena onda que se armó” entre Lotus con Perry Farrell y su equipo lo que primó en las gestiones para elegir esta ciudad.

Esa buena onda se empezó a forjar en el festival de Coachella, en California, donde se dio el primer contacto con el equipo original de producción del festival alternativo. Después vino una visita a Lollapalooza Chicago y finalmente los chilenos invitaron a Farrell y compañía al festival Maquinaria, producido por ellos del año pasado.

CABROS RELAJADOS

“Somos cabros relajados, tratando de hacer las cosas no sólo con una finalidad económica, que si bien es muy importante, lo que queremos es que sucedan otras cosas”. Así define Del Río, economista de 30 años, a su equipo.

“Cuando ellos nos vieron a nosotros se vieron a ellos mismos retratados hace 20 años”, dice José Manuel de la Barra, de 25 años, quien lejos de pensar que la juventud transmitiera informalidad, cree que “les dio seguridad y confianza para renovar un festival como Lollapalooza con gente joven, con público joven y con música joven como es la de Santiago”.

“Hay productoras gigantes que tienen gerentes generales y lo único que miden es la productividad. Nosotros estamos funcionando con otro chip no más, ¿cachái? Y eso es todo”, explica Del Río, quien concluye que estamos frente a “una instancia diferente en un país donde nunca se han llevado a cabo festivales de esta magnitud. Esto conlleva también un cambio social, que la gente se va a tener que ir acostumbrando a que en Santiago las cosas sucedan. Y vieron que íbamos a vivir esto, que ellos ya habían vivido en Estados Unidos y pensaron que nosotros éramos las personas correctas para vivir este cambio”.

miércoles, 16 de marzo de 2011

La tarantela de Concertación

La tarantela de la Concertación

Si los honorables senadores de la Concertación votaran en público lo que opinan en privado, Guido Girardi no sería presidente de la Cámara Alta durante 2011.

Pero en esto las cosas son lo que parecen y la manera como los partidos negociaron a puerta cerrada la rotación de la presidencia de la Corporación expuso

desde el inicio lo poco y nada que se aprendió de la pérdida del gobierno. No deja de ser por lo menos una paradoja que aquellos que en el último año han

hecho gárgaras con los conflictos de interés partieran dando una clara muestra de en qué consiste esa turbiedad que hoy tanto dicen criticar: Guido Girardi

era vicepresidente y el hombre más poderoso del PPD cuando su partido impuso su nombre para encabezar el Senado durante este año, al tiempo que Camilo

Escalona, casualmente, quedó como el representante de su partido para dirigir la testera durante 2012.

Y la Concertación guardó un cómodo silencio. No son precisamente estas prácticas las que su súbito afán fiscalizador pretende hoy poner sobre el tapete. Pero

el resultado está a la vista: la coalición opositora ha notificado al país que sus más genuinos exponentes para transformarse en la segunda autoridad de la

nación son dos de los políticos que más rechazo generan en la opinión pública. Sin ir más lejos, en la encuesta CEP de diciembre pasado el senador Escalona

obtuvo el premio al político peor evaluado de la lista. Y Girardi ha destacado por su capacidad para verse envuelto en algunas de las formas más tóxicas de

hacer política y de captura del Estado, las mismas que terminaron alejando y hastiando a un porcentaje significativo del electorado concertacionista.

Pero el horno no está ahora para bollos. La coalición opositora no alcanzó siquiera a iniciar un genuino proceso de autocrítica y renovación cuando capituló

frente al poder de los aparatos y sus lógicas clientelares. Ni siquiera las jóvenes promesas, la llamada generación de recambio, tuvieron la convicción y la

fuerza para enfrentar en serio aquello que durante ya demasiado tiempo les ha impedido el paso para transformarse en actores protagónicos y para dar inicio a

un nuevo ciclo en la centro-izquierda. Una vez más, primaron y terminaron por imponerse los intereses de la fronda y la Concertación “sabiamente” descubrió

que era más fácil salir a disparar contra el Gobierno, que entender las razones de fondo de su derrota. Una derrota cuyos padres insisten todavía en

considerar huérfana o adjudican a todas las causas ajenas a su propia responsabilidad.

Así, abortada y enterrada la renovación, el lado oscuro de la fuerza ha decidido poner las barbas en remojo y sentarse a esperar. Como no hay ni habrá nada

nuevo que ofrecer, la idea es preparar el retorno triunfal de Michelle Bachelet, única esperanza de volver al asalto del Estado y a los siempre codiciados

cargos públicos. ¿Un proyecto de futuro nuevo? No hace falta y cualquiera que intente moverse demasiado o cuestionar a los fantasmas de esta ópera estará

condenado a las penas del infierno. Bien lo aprendieron los profesionales jóvenes de Océanos Azules, que con su honestidad política e intelectual terminaron

al final de náufragos, aislados y denostados por el poder de las maquinarias.

Es que en esto no hay alternativas. Las peleas en política hay que darlas y darlas hasta el final. El recambio y la renovación no van a ser un regalo de los

eternos incumbentes que hoy tienen a la Concertación bordeando el 60% de desaprobación. A partir de esta semana, el niño símbolo de esa Concertación será

precisamente Guido Girardi, y nadie podrá decir después que no sabía que la música de esta fiesta era la tarantela.

¿Miserables por hacerlo bien?

¿Miserables por hacerlo bien?

El reciente twitteo del senador Ignacio Walker, presidente de la DC, refleja muy bien el estado de la Concertación.

Pocas palabras, terribles palabras: "Si el Gobierno ha hecho toda esta parafernalia para diferenciarse de la Presidenta Bachelet y el 27-F, yo digo que hay que ser muy miserable", escribió, suponemos que después de pensarlo varias veces.

Por supuesto que este gobierno es distinto del último de la Concertación; por supuesto que el modo de enfocar una emergencia ha sido diferente de la administración Bachelet, y ciertamente la manera de comunicar se ha distinguido de las estrategias de Vidal o de Tohá. Eso es justamente por lo que votaron los chilenos en enero antepasado: distinguirse de lo anterior, cambiar.

Calificar esa diferenciación de miserable es simplemente una muestra de la propia impotencia. Sí, una señal tanto de la incapacidad demostrada en su momento como, de paso, un reconocimiento de la derrota logística y comunicacional experimentada ahora.

¿Qué esperaba la Concertación? ¿Una situación de descontrol casi total como la del 27-F y los días siguientes? ¿Deseaba una comunicación tan banal como la del ex ministro Vidal cuando aseguraba que "lo que se vio en la costa es maremoto aquí y en Burundi", simplemente sustituyendo al país africano por "Japón"? ¿Quería la Concertación el bis del caos?

Para los opositores, el problema fue que los miserables del Gobierno se comportaron a otra altura: trabajaron con meses de anticipación, se constituyeron a tiempo completo, usaron todos los recursos de seguridad armada convenientes y comunicaron con claridad. Todo eso junto desarmó a la Concertación.

Más importante -aunque quizás todavía no hayan reparado en esto- es que las autoridades gubernamentales usaron un lenguaje y unos conceptos que resultan totalmente inaceptables para el concertacionismo.

Sígase la secuencia del mensaje oficial a la ciudadanía desde las primeras horas del viernes 11: advertencia clara sobre el peligro; invocación al orden en las evacuaciones; petición de colaboración hacia los más débiles; llamado a la obediencia a la autoridad; insistencia en la paciencia frente a la supuesta pasividad del mar; en fin, gratitud por el comportamiento ciudadano una vez terminada la emergencia.

Claridad, orden, solidaridad, obediencia, paciencia y gratitud, todo junto -prudencia, que la llaman.

Conscientes o no -quizás en estos casos afloran de modo algo espontáneo esas actitudes mucho más conservadoras que liberales, que hacen grandes a las naciones-, los colaboradores del Presidente pidieron a la población un conjunto de comportamientos que son completamente opuestos a ese imaginario que alimenta a la Concertación, como a todas las izquierdas: confusión, desorden, egoísmo, rebeldía, impaciencia, autogratificación.

Y los chilenos respondimos. A regañadientes por momentos, porque durante 20 años estuvimos mal acostumbrados a sentirnos dueños absolutos de cada decisión, siempre incentivados a correr las fronteras, a invocar la autonomía personal para cuanta tontería pueda destruirla.

Pero esta vez no. Esta vez el sentido del límite, tan propio de la prudencia y del buen gobierno, fue perfectamente comprendido y respetado. Mira que el mar no entiende de diálogos.

Ese regreso al sentido común, esa sensatez propia del retorno a lo fundamental, eso, a la Concertación le duele en el cuerpo, en las vísceras de su cosmovisión disolvente.

Y, además, tenía que suceder justo a 30 años de la entrada en vigencia de la Constitución actual, la de Pinochet, la que se promulgó en nombre de la autoridad y del orden.

Qué mala onda.

Emperador Akihito pidesolidaridad a japoneses y "no desistir"


Emperador Akihito pide solidaridad a japoneses y "no desistir"

El emperador muestra su preocupación con la situación

El emperador Akihito se mostró hoy preocupado por la crisis de la central nuclear de Fukushima y pidió solidaridad a los japoneses tras el seísmo del viernes, en su primer mensaje televisado a la nación de sus 22 años de reinado.

Esta alocución del emperador, de 77 años, difundida por la cadena de televisión pública NHK, muestra de la gravedad de la crisis que vive Japón, la peor desde el final de la II Guerra Mundial, según su Gobierno.

El emperador se confesó "profundamente preocupado" por la complicada situación en la planta nuclear de Fukushima, en el nordeste del país, a la vez que mostró su deseo de que no empeore.

Akihito, visiblemente apesadumbrado, dijo al pueblo nipón que reza por el bienestar del máximo número posible de supervivientes tras la catástrofe del viernes, que ha causado más de 11.500 fallecidos o desaparecidos, según cifras todavía provisionales.

"Un terremoto de 9 grados nunca había pasado en Japón. No sabemos todavía el número de víctimas, pero rezo para que se salve el mayor número posible", dijo la cabeza del Trono del Crisantemo, la dinastía reinante más antigua del mundo.

El emperador pidió también al pueblo nipón que no se dé por vencido en este momento de crisis, al tiempo que agradeció las numerosas muestras de solidaridad llegadas de todo el mundo e instó a sus compatriotas a mantener la calma.

"Espero, sinceramente, que el pueblo podrá superar este momento desafortunado cuidándose los unos a los otros", dijo el monarca en el mensaje televisado que fue facilitado por la Casa Imperial nipona.

Akihito, a quien recientemente se le diagnosticó una arteriosclerosis coronaria, lleva 22 años al frente del Trono del Crisantemo, tras el fallecimiento en 1989 de su padre, Hirohito, último testigo de la II Guerra Mundial.