lunes, 30 de abril de 2012


Una reforma tributaria con objetivos políticos


La propuesta del gobierno busca validar su postura en contra de la desigualdad,  pero a costa de debilitar el crecimiento y caer en inconsistencias.   


LA REFORMA tributaria que ha anunciado el gobierno representa un triunfo para quienes han impulsado desde su interior esta medida, para demostrar el compromiso de la coalición oficialista con las demandas de ciertos grupos sociales. Esta es una opción riesgosa, porque amenaza con alienar a sectores que apoyan la gestión del Ejecutivo y es previsible que choque con la expectativa de la oposición por un alza tributaria más profunda, ámbito en el cual su postura tiene larga data y puede exhibir consistencia con lo sustentado en el debate público. Mientras el primer riesgo parece por ahora descartado, debido a la serie de compromisos asumidos con los partidos de la Alianza, el segundo puede provocar que todo el esfuerzo de posicionamiento realizado por el Ejecutivo sólo sirva para exacerbar demandas y crispar el ambiente político y social. Todo indica que, en lugar de acotar y agotar en un plazo prudente la discusión sobre la reforma tributaria, como parece ser la intención de La Moneda, la propuesta podría ser el disparo inicial de una disputa de alcances impredecibles, que se proyectará hacia los procesos electorales que se avecinan.
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Para evaluar la reforma es necesario entender que su motivación última -tal como lo han expuesto desde hace tiempo las principales autoridades del gobierno- es producir el efecto político de demostrar que una administración que se atribuye el carácter de ser de derecha es capaz de subir impuestos y financiar beneficios sociales para superar la desigualdad. Esto queda de manifiesto cuando se considera que los mayores recursos que se pretende recaudar podrían ser obtenidos promoviendo el crecimiento económico, echando mano a los ahorros existentes o reasignando fondos desde otros gastos públicos de dudosa eficacia. 
No parece beneficioso que, en ausencia de una necesidad fiscal inevitable, se aumenten los impuestos a las empresas y se arriesgue generar con ello un efecto negativo en la inversión y en la generación de empleo, las fuentes más consistentes para mejorar las condiciones de vida de las personas y asegurar los fondos públicos para abordar los problemas sociales. Las medidas planteadas exhiben, además, un grado de inconsistencia en varios de sus aspectos. El cambio propuesto para evitar el aumento en el precio de los combustibles, que busca satisfacer la condición impuesta por la UDI para dar su apoyo a la reforma global, contradice declaraciones recientes de la autoridad económica negando esta posibilidad, por el carácter regresivo de la medida y su señal equívoca en materia ambiental. También son cuestionables en ese mismo sentido los cambios que pretenden aliviar la carga tributaria de la clase media -como la reducción de las tasas marginales del global complementario o el descuento de impuestos de los gastos en educación-, plenamente justificados desde una perspectiva de contribuir a la igualdad de oportunidades, pero difíciles de defender cuando se trata de reducir las diferencias socioeconómicas.
 
Llama la atención también la relación directa que se establece entre el alza tributaria y la reforma educativa, lo que contradice una base esencial del buen manejo económico, cual es desvincular los tributos de los gastos. Se debilita así el análisis riguroso de un tema sensible  como los impuestos y se lo lleva al terreno de la emocionalidad, donde será difícil explicar por qué no se alzan impuestos para gastar más en otras áreas sensibles, como salud o vivienda.
Un grupo de estudiantes de la Universidad de Chile, llegaron hasta de Casa Piedra donde estaban reunidos los empresarios del retail, para exigir una reforma tributaria que permita financiar la educación gratuita para todos Foto: UPI

miércoles, 25 de abril de 2012


Plomo en Arica: el peso de las inequidades en salud
Giorgio Solimano Cantuarias 
Médico cirujano de la Universidad de Chile, con especializaciones en pediatría y nutrición infantil en Inglaterra y Estados Unidos.

Profesor titular de la Universidad de Chile y Director de la Escuela de Salud Pública, unidad académica dependiente de la Facultad de Medicina de esa misma casa de estudios.

El caso de la contaminación por plomo en Arica parece haber escarbado en terrenos donde hacía tiempo no se escarbaba y haber movilizado a personas e instituciones a las que últimamente no habíamos escuchado levantar su voz en forma decidida. En los últimos días, hemos sido testigos de acusaciones cruzadas, atribuciones de responsabilidad entre autoridades actuales y pasadas, anuncios de medidas especiales y visitas de ministros a la zona.
Arica es hoy foco de la noticia en materia medioambiental, objeto de análisis científicos y motivo de preocupación a nivel nacional. Y, como suele ocurrir en estos casos, la situación de la capital de la XV Región es percibida como única en el país, lo que dista mucho de la realidad.

Las nefastas consecuencias del acopio de materiales tóxicos en centros poblados –o al menos muy cerca de ellos- se han vivido también en otras ciudades de Chile. Un ejemplo es Antofagasta, donde la acumulación de mineral con alto contenido de plomo durante décadas hizo sentir sus efectos sobre la población aledaña al sitio de acopio.
    
Un estudio realizado en 1998 reveló que el 48% de los niños a los que se les practicó el examen de detección de plomo en la sangre, presentaban concentraciones mayores a 10 microgramos por decílitro; es decir,  tres veces más que lo observado en Arica. El año 2005, una investigación realizada por 
la Escuela de Salud Pública de la Universidadde Chile analizó, entre esos mismos menores, la asociación entre la exposición al plomo y el coeficiente intelectual, corroborándose la evidencia científica internacional, que da cuenta del grave daño que este producto ocasiona sobre el desarrollo neurocognitivo, especialmente en los primeros años de vida.  

Al conocerse los resultados del estudio, la fuente de contaminación fue retirada del lugar, tal como se hizo en 1998 en Arica, donde el material tóxico estuvo desde 1984 almacenado a pasos de un sitio densamente poblado. En ambos casos, nadie dijo nada cuando las autoridades de la época permitieron los acopios, sino que fue necesario que aparecieran datos y denuncias concretas de algo que es sabido en todo el mundo. Lamentablemente, el mal ya está hecho y, hasta donde la ciencia ha podido establecer, es irreversible.

¿Qué hacer entonces? Ciertamente, las soluciones no van por el lado de las compensaciones en dinero. Lo primero es sacar a la gente de ahí, pues los sitios de las poblaciones cercanas a lo que fue la planta Promel ya están contaminados y ese problema persistirá. Esas personas requieren además una ayuda especializada de largo plazo, tanto en el área médica como en la educacional. Los daños neurológicos, los abortos espontáneos, las cefaleas permanentes, los dolores a los huesos que sufren los pobladores afectados, no pueden quedar sin atención. Paralelamente, los niños necesitan ser apoyados por psicopedagogos para nivelar en lo posible su rendimiento escolar al de los menores que no han estados expuestos.

Por otra parte, y como parte de las políticas ambientales, de salud y de desarrollo urbano, el área debe ser declarada zona contaminada y se debe evitar que la ciudad se expanda hacia los sectores de riesgo.

Estas acciones y cualquier otra que se pueda emprender, requieren de la voluntad política y el compromiso serio tanto del gobierno central como de las autoridades regionales y locales. Si bien hoy se puede criticar al nivel central por no haber tomado en su momento las medidas preventivas o correctivas que correspondían, cabe preguntarse también por qué, hace más de 20 años, ni el municipio ni los responsables de salud de la región lograron solucionar el problema, apelando a los mecanismos disponibles para ello.

Este es un tema que trasciende al gobierno de turno, a las atribuciones de tal o cual ministerio, a los intereses de la empresa privada o a la ideología del alcalde recién elegido. Es un problema grave y urgente, que, como muchos otros, refleja las profundas inequidades que hieren a nuestro país en el ámbito de la salud pública. Una vez más, son los más pobres quienes sufren las consecuencias de la ignorancia, la irresponsabilidad o la negligencia de otros.

Ante ello, es el momento de que todos los sectores de la ciudadanía actuemos y generemos las instancias para que el mundo científico, los organismos públicos, las empresas privadas y la propia comunidad, en forma conjunta, nos preocupemos por la salud y el bienestar de nuestros compatriotas más vulnerables.

PD: ESTO ES UNA COLUMNA DE HACE UN TIEMPO DE DON GIORGIO SOLIMANO, DOCTOR QUE LO ENTREVISTÉ EL AÑO PASADO. UN GRAN PROFESIONAL Y POR SOBRE TODO UN TREMENDO SER HUMANO.

martes, 24 de abril de 2012

Se definirá todo en segunda vuelta en Francia

Se definirá todo en segunda vuelta en Francia

El resultado del domingo en las elecciones presidenciales francesas torna difícil hacer un pronóstico sobre quién ganará el balotaje del 6 de mayo. El estrecho margen de ventaja -poco más de un punto- que François Hollande obtuvo sobre el Presidente Sarkozy deja abierta la opción de que cualquiera de los dos pueda ganar si hace una campaña eficaz e inclusiva. En sus mensajes del domingo en la noche, ambos candidatos apelaron a la unidad de sus sectores en su sentido amplio.



La irrupción de Marine Le Pen, con la más alta votación que haya obtenido el Frente Nacional en una primera vuelta, la deja en inmejorable posición política, de la que buscará sacar provecho. Pese a las notorias diferencias, ambos candidatos esperan ganar el apoyo de los disconformes con la inmigración y de los desencantados de la globalización y de la europeización de Francia (Le Pen aboga por la renuncia al euro y la vuelta al franco), que son el gran sustento de la candidata ultraderechista.
Las encuestas siguen favoreciendo a Hollande para la segunda vuelta. Haciendo aritmética electoral, el candidato socialista ya puede contar con los votos de Jean Luc Mélenchon (quien sacó mucho menor votación que la augurada por las encuestas), de los ecologistas y de los candidatos trotskistas, que en conjunto suman alrededor de 15 por ciento. A esto aspira sumar también una parte no estimada de los votos de François Bayrou, quien obtuvo menos del 10 por ciento de los votos. Una porción de éstos, sin duda, se irá directo a Sarkozy.

Para pasar a la delantera y evitar el destino de 10 líderes europeos de izquierda y derecha que han caído desde que se inició la crisis económica en 2009, Sarkozy tendrá que equilibrarse cuidadosamente entre un discurso que apele a la derecha de Le Pen y que, al mismo tiempo, no aliene a los moderados de centro, que ante un extremismo podrían inclinarse por Hollande. El socialista ha buscado un punto intermedio pro europeo y a favor de los cambios -siempre atractivos en épocas de crisis para votantes que viven una incertidumbre económica.
Dos semanas de campaña tiene Sarkozy para evitar ser el primer Presidente que pierda su reelección desde Giscard D'Estaing, y está decidido a aprovecharlas. Su inmediato desafío a Hollande fue pedir tres debates para comparar proyectos: sobre economía, otro sobre temas sociales y el último de política exterior. El Mandatario sabe que, para enfrentar temas concretos, su experiencia política y de gobierno lo pondrían muy por encima del líder del PS, quien nunca estuvo en un gabinete, si bien fue cercano asesor del ex Premier Lionel Jospin. Ante la rápida negativa del izquierdista -quien afirmó que prefería seguir la tradición de sólo un encuentro entre candidatos antes del balotaje-, Sarkozy argumenta que "todos los temas deben ser debatidos", pues "los franceses tienen derecho a la verdad".

Sarkozy tiene razón al pedir más confrontación de ideas y programas. Es en estos encuentros, especialmente en la recta final de la campaña -tras una primera vuelta en la que los candidatos, con toda lógica, han buscado distinguirse de sus rivales-, que el proyecto político se asienta con nitidez y las promesas de los candidatos pueden ser bien comprendidas por los electores. Y, quizás lo más importante: después de varios debates serios, con reglas claras, más tarde, ya en el gobierno, el ganador tendrá que responder por promesas rotas y objetivos no cumplidos.
Los debates en Francia (así como los que sostienen los candidatos estadounidenses antes de llegar a la Casa Blanca) son un excelente ejemplo de cómo la democracia moderna utiliza todos los medios a su alcance para llegar hasta los electores, de modo que éstos puedan decidir con más y mejor información sobre el candidato y su plan de gobierno.

martes, 17 de abril de 2012

UNA BREVE CAÍDA DE LA NUEVA IZQUIERDA Y LA VUELTA DE BACHELET




El traspié de la Nueva Izquierda y los ruidos para la "operación retorno" de Bachelet

Aunque Fulvio Rossi y Marcelo Díaz no gozan de alta popularidad interna en el PS, sus renuncias y sus críticas apuntaron contra la tendencia más poderosa del partido y núcleo duro del bacheletismo.

En el PS hacen la diferencia entre el senador Fulvio Rossi y el diputado Marcelo Díaz. Dicen que éste último podría terminar renunciando al PS, y algunos en el PPD apuestan a que "hasta podría llegar a ser candidato a senador por la Cuarta Región en un cupo de esta tienda", a partir de la fuerte molestia que le generó la decisión de privilegiar la reelección del senador Jorge Pizarro (DC), en pos del pacto electoral entre el socialismo y la falange.

Por el lado de Rossi, en tanto, en la mesa señalan que "no se irá del PS, a pesar de las duras críticas. Además para su reelección falta mucho tiempo".

Aunque se esperaba que planteara sus puntos de vista en el Comité Central el próximo 21 de abril, no asistirá, ya que tiene un viaje agendado hace dos meses a Palestina junto a la senadora Isabel Allende y otros legisladores.

Rossi solicitó cambiar la fecha de esta reunión e hizo un reclamo vía e-mail a los miembros de esta instancia.

► Contrataciones en el Congreso: ¿Qué pasa con las parejas?

► Mecenas en política: Lucas Sierra prefiere promover donaciones chicas para evitar distorsiones

► Libertad y Chile 21 piden transparencia en asignaciones parlamentarias

► Girardi y Melero responden las críticas por «guerra» de asignaciones

► Burgos (DC): "No voy a la reelección como diputado de Providencia; doce años es suficiente"

"Hay que terminar con el ruido interno... a la brevedad". Esa es la consigna que se ha escuchado con fuerza en la sede del PS en los últimos días, luego del duro golpe que los parlamentarios Fulvio Rossi y Marcelo Díaz propinaron a la conducción del presidente de la tienda, Osvaldo Andrade, al renunciar a sus cargos en la mesa partidaria.

La gran preocupación, es cómo la arremetida en contra de Andrade y la forma de enfrentarla ponen en riesgo la operación más importante del PS: garantizar que Michelle Bachelet se convierta en la candidata presidencial de la oposición.

Porque el actual escenario es completamente distinto al de hace un año, cuando la ex mandataria era la única carta conocida de la Concertación para La Moneda; hoy, si bien es la gran favorita - a gigantesca distancia de cualquier competidor - hay también en el ruedo una suma de otros nombres (Velasco, Gómez, Orrego y Rincón) dispuestos a llegar al menos hasta una primaria. Pero lo más grave, dicen en la oposición, es que esta semana también quedó en evidencia que el propio partido de Bachelet enfrenta conflictos de larga data.

Los dardos no apuntan sólo al «cabezón», como le dicen a Andrade en el PS. Las mismas críticas de "déspota y autoritario" se las han formulado desde hace tiempo al presidente del Senado, Camilo Escalona. Y los cuestionamientos llegaron hasta su recién contratado asesor, el experto electoral Mahmud Aleuy. Pero esto no es casual: los tres conforman el trío más poderoso de «la Nueva Izquierda» la tendencia más influyente de la tienda. Y además son los que mantienen mejor relación con Bachelet y los que se han levantado como sus «escuderos».

Por eso, aunque Rossi y Díaz no son personajes que gozan de gran popularidad en el partido, sus juicios aún rebotan.

En este escenario, en el círculo de Andrade intentan poner paños fríos y dar rápidamente vuelta la página. Pero todavía está en la retina el amargo final del periodo de Escalona a la cabeza del partido, que dimitió tras los cuestionamientos por la derrota presidencial de Eduardo Frei y las renuncias a la tienda de Marco Enríquez-Ominami, Carlos Ominami, Alejandro Navarro y Jorge Arrate. Mientras que el actual timonel ha tenido que enfrentar la salida del diputado Sergio Aguiló, del ex senador Ricardo Núñez a la dirección del Instituto Igualdad -ambas por diferencias con la mesa- y la pérdida en las primarias municipales de algunas capitales regionales importantes.


Pese a esto, en el PS creen que el futuro es claro: la «máquina» de la Nueva Izquierda ganará nuevamente las internas. Y los más optimistas piensan que así todo volverá a su "orden natural".
"La negativa de Montes"

Para recuperar la normalidad, ya comenzaron las gestiones para llenar los cargos que dejaron vacantes Rossi y Díaz. La «renovación», la tendencia del senador por la I Región, le había propuesto el nombre del diputado por La Florida, Carlos Montes, a Andrade. El timonel del PS conversó hace unos días la posibilidad con el parlamentario, pero éste rechazó la propuesta.

Ahora uno de los nombres que se baraja para el cargo es el del actual vicepresidente PS, Alvaro Elizalde, del «tercerismo», la tendencia de Ricardo Solari.

El dato no es menor para quienes apuestan que la trenza Andrade-Escalona-Aleuy seguirá al mando del PS, en una férrea estructura de poder que actúa coordinadamente desde la tienda, el Senado y la negociación política. Y es que, con el objetivo de allanar el camino para la vuelta de Bachelet a La Moneda con una Concertación ordenada, los tres hombres fuertes del socialismo han afiatado una relación estratégica, de mano dura.

A Andrade, le tocó tomar las riendas del partido cuando arreciaban todavía las críticas contra Escalona (éste había debido renunciar anticipadamente tras la derrota presidencial de Frei, entregando interinamente el cargo a Fulvio Rossi). De hecho, algunos sostienen que el actual timonel "heredó la mala imagen comunicacional que siempre tuvo y mantuvo Camilo Escalona, quien nunca subió en las encuestas". Y desde las otras corrientes internas se admite que "Andrade es más abierto y democrático que Escalona, pero lamentablemente sigue atrapado en la máquina de este último".

El ambiente interno

En ese cuadro, el episodio de las renuncias no ha pasado desapercibido y podría tener más repercusiones internas. Desde otras facciones, como el «tercerismo» y las «Grandes Alamedas» se dice que "sí o sí hay que hacer una revisión de cómo se está gobernando el PS y de cómo se nos ve desde el exterior".

Sacan a colación la pérdida de uno de sus emblemáticos en las primarias de Talca -el ex senador Jaime Gazmuri-, y acusan que es vox populi que los socialistas de la Nueva Izquierda votaron por el candidato radical, Alexis Sepúlveda, lo mismo que habría ocurrido en otros casos.

Pero también insisten en recordar sus antiguas críticas al escalonismo, haciendo notar lo alejados del gobierno de Bachelet que estuvieron estas dos tendencias. Y también apuntan a Aleuy, quien -aseguran- siendo subsecretario de Desarrollo Regional de les dejó poco espacio a estos lotes.

Frente a todo ello, la «Nueva Izquierda» no dudan en defender a Andrade. Aseguran que las críticas que lanzaron los dimitidos parlamentarios son injustas porque "vez que pudo, trató de incluirlos en los distintos debates internos".

El otro flanco abierto para la actual mesa es si adelantar o no los comicios internos previstos eventualmente para fines de julio o la primera semana de agosto.

Andrade estaría por realizarlas lo más pronto posible para quedar legitimado ante la militancia e iniciar "así una buena campaña municipal". Ello, mientras las demás facciones se aprestan a levantar listas.

La «Renovación» -corriente fundada y aún liderada por el ex senador Ricardo Núñez- sacó en las última interna el 20 % de los votos. Por lo tanto, la secretaría general debiera seguir en sus manos, sostienen.

Mientras, la apuesta de «la Nueva Izquierda» es que al final la trenza Andrade, Escalona-Aleuy quedará más afiatada que nunca.