martes, 29 de junio de 2010

¿Hay Estado de Derecho en Venezuela?

En la segunda mitad del siglo XX, salvo algunos períodos, Venezuela nadaba en dinero. Pese a ello, el sistema democrático funcionaba sólo en lo formal, los índices de pobreza eran muy elevados y los partidos tradicionales (Acción Democrática y COPEI) se repartían el botín estatal con mucho tesón y pocos escrúpulos. El descontento popular crecía. Los militares se embarcaron en un fallido golpe de Estado en 1992. Chávez estuvo preso dos años, fue indultado y luego accedió al poder, en 1999, mediante elecciones libres. La mayoría de la población, tradicionalmente marginada, acogió su discurso de medidas sociales y de grandes reformas. Estas últimas comenzaron por una nueva Constitución, considerada muy progresista. Cambió también el nombre del país, la bandera, el escudo nacional e incluso la hora oficial.

El resto de la historia es bien conocido: Chávez ha buscado ser un protagonista regional e internacional, ha ganado varias elecciones y se ha hecho famoso por su admiración por Fidel Castro, sus osadas declaraciones públicas y sus discursos interminables. Lamentablemente, también se ha hecho célebre por controlar todos los orondos poderes del Estado establecidos en la Constitución y por reprimir a la disidencia.

Las preguntas que se hacen hoy día los observadores internacionales son, entonces, ¿hay democracia en Venezuela?, ¿hay estado de derecho?

¿No bastaría, como creen algunos, que el régimen de Chávez haya llegado al poder por vía electoral (y ganado luego otros varios comicios) para declararlo democrático? A mi juicio, ello es suficiente para reconocer que su gobierno tiene legitimidad democrática de origen, pero no necesariamente de ejercicio. Y esto es así porque en Venezuela no ha subsistido el estado de derecho.

Esta última afirmación exige aclarar conceptos: Se suele distinguir entre estado de derecho de forma y de fondo (o material). El primero supone que las autoridades y las personas están sujetas a la ley y nadie está por encima de ella. La ley debe ser pública, predecible y aplicarse igualmente a todos. El estado de derecho de fondo o material implica, además, que las instituciones y las autoridades estén orientadas hacia el interés público y que se respeten los derechos fundamentales de todos, sin discriminación.

A partir de estas nociones, en Venezuela, antes de Chávez, hubo estado de derecho formal, pero no material. Bajo Chávez no existe estado de derecho en ninguno de las dos acepciones. Léanse las declaraciones del presidente y sus seguidores y se verá que dicho concepto tiene sentido solamente si contribuye a la realización de lo que llaman "Revolución Bolivariana" o "Socialismo del Siglo XXI". Todos estos personeros no creen en la separación de los poderes del Estado, ni en su autonomía y mutua fiscalización. Les interesan los fines, no los medios.

Desde otros países, incluido Chile, muchos defienden al régimen chavista, sea por su retórica anti-imperialista o por sus programas sociales (los cuales aplauden sin considerar su relación costo-beneficio ni su sostenibilidad). No son pocos los que lo apoyan, en el fondo, porque creen que en aras de fines últimos que consideran justos o deseables, todo está permitido. Bueno, deberían declararlo así abiertamente y no escudarse en el argumento espurio de que en Venezuela hay estado de derecho sólo porque todavía se celebran elecciones.

jueves, 24 de junio de 2010

PS y PPD

Dura condena fue realizada en consejo de líderes de partidos de centroizquierda efectuado en Nueva York:

PS y PPD apoyan informe de la Internacional Socialista que llama a reforzar oposición a Chávez

Texto califica al régimen venezolano como una "dictadura moderna" que "criminaliza" la disidencia y atenta contra los DD.HH. Documento, respaldado por el presidente PS, Fulvio Rossi, y el ex ministro PPD Sergio Bitar, desató críticas internas.

Pasado el mediodía del martes y desde Nueva York, el presidente del PS, Fulvio Rossi, escribió en su twitter un mensaje que rápidamente desató la polémica en Chile.

El senador había viajado el fin de semana para participar como uno de los dos representantes de la centroizquierda chilena en el consejo de la Internacional Socialista (IS) que tendría lugar lunes y martes, en la sede de las Naciones Unidas.

A su lado estaba el ex ministro Sergio Bitar, quien también asistía al foro a nombre del PPD, partido que presidió hasta hace un par de años.

"Informe de la Internacional Socialista recomienda de forma unánime apoyar la oposición venezolana contra Chávez", fue el mensaje que Rossi escribió en el twitter.

Con él, el parlamentario dio cuenta del apoyo que la mayoría de los líderes asistentes al encuentro -encabezado por el primer ministro griego, George Papandreou- habían dado, apenas algunos minutos antes, a un documento redactado por los miembros de una misión especial enviada por la IS a Caracas.

El texto establece una dura condena contra el régimen del Presidente Hugo Chávez, al que califica de "dictadura moderna", y acusa de emplear "temibles instrumentos de un mecanismo autoritario de nuevo tipo".

Apelando a opiniones recogidas de distintos sectores a través del trabajo desarrollado por la misión enviada a Caracas, la declaración denuncia la existencia de una serie de violaciones a los DD.HH., así como una creciente "criminalización" de las disidencias.

Polémica interna

El apoyo de los representantes chilenos al informe presentado en la cumbre internacional no dejó indiferentes a varios representantes de la izquierda en Chile, incluyendo a miembros del PS.
Utilizando el mismo medio a través del cual Rossi dio a conocer la decisión de la IS, el twitter, el senador Alejandro Navarro (MAS) y el diputado Fidel Espinoza (PS) cuestionaron la resolución del organismo internacional y el respaldo de los chilenos a ella.

"Es una vergüenza lo de la Internacional Socialista y las declaraciones de Rossi", escribió Espinoza, mientras el senador optó por un "Allende se revuelca en su tumba".

La relación de la centroizquierda chilena con el régimen de Chávez ha estado marcada por fuertes dificultades.

Aunque el mandatario venezolano cultivó una relación de simpatía con la ex presidenta Michelle Bachelet -lo que no la eximió de críticas de su colega latinoamericano-, Chávez, por ejemplo, mantuvo una permanente tensión con el gobierno de Ricardo Lagos.

Aun así y pese a que los lazos con el líder caraqueño han estado centralizados en dirigentes extraconcertación como Navarro y el PC, ni el PS ni el PPD han liderado críticas en contra de ese régimen, postura que ha sido asumida en la oposición por la DC.

Consultados sobre el tema, tanto Bitar como Rossi reafirmaron su respaldo al documento de la IS. Mientras Rossi sostuvo que "apoyo el informe, ya que se evidencian claros atropellos a los DD.HH., como el acceso a la información y la falta de autonomía de los poderes del Estado", Bitar afirmó que "nuestra postura como partido siempre ha sido de rechazo por la forma de gestión de Chávez, que ha nuestro juicio ha socavado enormemente las instituciones democráticas, generando una situación económica extremadamente compleja y que perjudica a los más pobres".

''Apoyo el informe, ya que en Venezuela se evidencian claros atropellos a derechos humanos fundamentales. Se hainstaurado el temor y el totalitarismo".
FULVIO ROSSIPRESIDENTE DEL PS

''Esta expresión ideológica que Chávez ha buscado plasmar a través de su régimen se aleja de la visión del progresismo moderno y de la socialdemocracia".
SERGIO BITAREX MINISTRO Y EX PRESIDENTE DEL PPD

''No entiendo. En NY los socialistas enjuician un gobierno como Venezuela (...) Allende se revuelca en su tumba".
ALEJANDRO NAVARROSENADOR EX PS

miércoles, 23 de junio de 2010

Gobernar no es sólo administrar la cuenta corriente

El caso de los nueve niños con tirosinemia sobrecogió a muchos que conocieron de la decisión del Ministerio de Salud de rebajar al mínimo el aporte estatal destinado a financiar la droga que se les suministraba, lo que significaba en la práctica condenarlos a una muerte segura.

Impactó que, por sobre el valor a la vida, tan presente por lo demás en el discurso público de estos mismos actores, pesara en su decisión el dato estadístico. Era más importante cuadrar y sanear la caja que enfrentar e involucrarse en la solución y acompañamiento de estos niños y sus familias. Más aun: esta decisión no habría cambiado si no hubiese sido por la fuerte campaña ciudadana que se dio entre los twitteros de la red, Facebook, un par de portales electrónicos y una radio.

Lo sucedido nos tiene que hacer reflexionar. Revela la pérdida de humanidad en nuestras políticas públicas, y ello debe movilizarnos. No es posible guardar silencio e indiferencia. Gobernar es más que administrar la cuenta corriente.

Los esfuerzos que efectuamos como país y los logros que alcanzamos como sociedad deben tener un sentido: la persona, su dignidad y su calidad de vida. No es sólo crecer por crecer, producir por producir o trabajar por trabajar. Necesitamos avanzar hacia un “desarrollo humano”, que ponga a la persona en el centro de su preocupación, donde incrementemos sus capacidades y opciones.

En base a esto, y teniendo como convicción que el crecimiento por sí solo no garantiza una sociedad mejor, surgen desafíos, por ejemplo, en torno a cómo articulamos crecimiento económico con políticas sociales efectivas, o cómo vinculamos ese crecimiento con el progreso democrático y la expansión de nuestras libertades.

Precisamente en esta línea de acción, y de profundización del pensamiento humanista cristiano en la sociedad chilena, se inscribe el surgimiento del Centro Democracia y Comunidad (CDC), que trabajará para asegurar más bienestar, oportunidades y participación para todos. En época de avances tecnológicos acelerados, de constantes cambios estructurales y del mundo laboral sujeto a modificaciones, necesitamos la ética y la fuerza integradora del humanismo.

Todos son importantes. Nadie debe quedar relegado al olvido. La CDC trabaja con la convicción más profunda de los humanistas cristianos, hombres y mujeres, que aportan a la construcción de Chile, que conciben una política bajo la conducción de liderazgos revitalizantes, que no se estancan en los instrumentos, sino que actúan por convicción.

Isapres, ¿un sistema en crisis?

Actualmente se debate ante el Tribunal Constitucional (TC) si el artículo 38 TER de la Ley de Isapres se ajusta o no a nuestra Carta Fundamental. El problema de fondo es la tabla de factores que contempla este artículo, que ha sido impugnada con la “acción de constitucionalidad”. Cabe recordar que en los distintos fallos sobre “acciones de inaplicabilidad” en que el TC se pronunció se argumentó que dicha tabla vulneraba —en esos casos concretos— los derechos constitucionales del artículo 19 números 2 y 9.

El 25 y 26 de mayo pasados, el TC escuchó las opiniones y puntos de vista de las personas, instituciones y organizaciones interesadas en intervenir en esta causa y así aportar antecedentes para decidir sobre el fondo del asunto.

Más allá de las distintas opiniones planteadas, no cabe duda de que la declaración de inconstitucionalidad tiene una naturaleza distinta a la acción de inaplicabilidad. En la primera, el control se debe realizar en abstracto y no en concreto; por tanto, se deberá considerar cuáles son todas las hipótesis en que se aplica la norma y todas éstas deberán ser inconstitucionales.

En el caso concreto, y sin perjuicio de la línea argumentativa en que se podría sustentar el fallo, se podría esperar que el Tribunal se pronuncie al menos sobre cuál es la naturaleza jurídica de las prestaciones en salud —si son o no un sistema de seguros— y si lo asegurado son riesgos en base a primas. Si es así, cabría preguntarse por qué ha de ser inconstitucional, ya que, a igual riesgo, igual prima, con lo cual no parece vulnerarse el artículo 19 N° 2 de la CPR. Otro argumento que se podría esperar en el fallo es el referido al artículo 19 N° 9. Sobre este punto, el tribunal debería pronunciarse claramente si este derecho es o no de exigibilidad disminuida y si sólo es deber del Estado otorgarlo, cuestión que queda claro en el texto constitucional, pero no en algunas de las sentencias de inaplicabilidad.

No hay dudas sobre la gran responsabilidad que recae en el TC. Sobre todo si éste cumple con las dos reglas que se autoimpuso en declaraciones de inconstitucionalidad pasadas: el principio de deferencia con el legislador y el evitar un mal mayor con la declaración de la norma.

Si en el caso particular se declara la inconstitucionalidad del 38 TER, los problemas, lejos de desaparecer, aumentarán: se deberá zanjar cuál será el efecto de esta declaración respecto de los contratos privados ya celebrados entre las isapres y particulares. Pero ése es otro debate…

martes, 22 de junio de 2010

Meritocracia: la nueva dominación tradicional

Antiguamente, aun cuando ciertos individuos no tenían muchos talentos ni aptitudes, gracias al nepotismo institucionalizado -camuflado en derecho divino y tradición- algunos incluso llegaban a ser reyes. El poder –y sobre todo la legitimidad para ejercer autoridad sobre otros- estaba relacionado con el origen, el nacimiento, la cuna, la sangre azul y otras ficciones.
La dominación carismática daba paso con la sucesión a la dominación tradicional, donde las relaciones con el soberano se determinan por la fidelidad personal, relación de linaje o clientelar(obediencia por piedad). Todo quedaba al “capricho” del líder.

Del derecho divino a la meritocracia

La llegada de las ideas ilustradas no sólo buscaba iluminar la sociedad – sacarla del estadio teológico del que hablaba Comte- sino también poner fin al poder basado en el derecho divino y las antiguas formas de dominación tradicional heredadas de la Edad Media. No por nada, la idea de democracia moderna, sufragio universal y voluntad general surgieron como únicas y legítimas formas de poder.

Así, se pensaba que la legitimidad de los gobernantes no se debía basar en ficciones como el derecho divino o mitologías de otra índole sino en la suma de las voluntades individuales de quienes los eligieran.

Lo anterior, debido a la pretensión de establecer un orden institucional impersonal, basado en criterios racionales y técnicos, trajo consigo irremediablemente la tecnificación del sistema estatal y el surgimiento de las burocracias modernas, donde se ya no se obedecería al capricho del líder, sino que a ordenaciones objetivas, legalmente estatuidas, donde incluso se fijan los medios coactivoseventualmente admisibles y el supuesto previo de su aplicación. La forma de dominación racional-legal.

Así, surge lo que Weber denominó la lógica de la meritocracia. Es decir, el acceso al poder y la institucionalidad política gracias a cualidades personales y no debido al origen, los lazos de sangre o la cercanía con el rey. Esto implica además, la separación entre patrimonio público y privado. Ya no existiría apropiación de los cargos como en los antiguos ordenamientos, por lo que no habría cargos hereditarios.

Todo lo anterior, claramente buscaba romper con la lógica de consanguinidad que imperaba en las monarquías y otrasorganizaciones sociales y políticas, para obtener un sentido racional del orden social en general. Además, se presumía que así se rompería con las estructuras elitistas y nepóticas que durante siglos habíaretroalimentado el modo de dominación tradicional.

La instrucción pública promovida por los reformadores ilustrados y liberales, buscaba ampliar el plano de competencia para el ejercicio del poder, y la “liberación mental” del pueblo, de sus antiguas cadenas basadas en el misticismo.

El ejercicio del poder ya no sería de exclusividad para los hijos de las elites, instruidos con sus tutores personales sino que para la mayoría de los ciudadanos ilustrados y que tuvieran los méritos para ello.

Ese fue el espíritu ilustrado liberal que imperó en principio y que rápidamente se expandió por las nacientes naciones.
No obstante, en la realidad muchas de las viejas formas de dominación continuaron ejerciéndose sin mayor alteración, e incluso imponiéndose a ese nuevo espíritu, garantizando la continuidad de los privilegios políticos y económicos de los antiguos detentadores del poder y su descendencia.
Algunos viejos miembros de las mal llamadas aristocracias monárquicas, aprovechando los privilegios ganados bajo el viejo orden, se unieron a los nuevos detentadores del poder y se convirtieron rápidamente en defensores del nuevo orden, siempre y cuando este no alterara sus viejas inmunidades.

Así, irremediablemente se produjo una nueva asociación entre liberales y los conservadores –que eran firmes partidarios de la destronada monarquía y de la aristocracia- que terminó por frenar el impulso libertario de los primeros, y que mantuvo la estructura de privilegios estatales contra la cual se luchó al derribar el antiguo régimen.

Rápidamente la meritocracia, y su promesa de oportunidades para todos y el fin de los privilegios, se vio pasada a llevar por las viejas -pero rearticuladas- estructuras de heredadas del viejo orden, y un sistema educativo cada vez más segmentado y eficiente en cuanto a sustentar y sedimentar la desigualdad.

Abajo la meritocracia

Si entendemos la meritocracia como un espacio neutral de competencia –sin privilegios previos- en torno a la ascensión social, basado sólo en el esfuerzo y las cualidades personales de cada uno ¿De qué meritocracia nos hablan nuestros líderes, cuando es claro que algunos ciudadanos tienen todo los medios a su alcance, y en gran parte bajo su control gracias a su origen?
Según la Primera Encuesta Nacional de la Primera Infancia, presentada por la JUNJI, UNESCO y UNICEF el jueves 15 de abril de 2010, en la Universidad Alberto Hurtado: “en los hogares de los quintiles de menores ingresos hay menos libros, menos juguetes didácticos, como también una menor valoración sobre la importancia de la educación parvularia”.

De qué meritocracia hablan, si un estudio de la Universidad Adolfo Ibáñez demostró que el 71 por ciento de la elite chilena estudia en los mismos colegios y el 20 por ciento de ellos ha estudiado en elSaint George.

No hay respuesta. El discurso de la meritocracia es simplemente el velo para ocultar las viejas estructuras de dominio y privilegios, retroalimentadas por las propias elites. Es la nueva forma de dominación ¿Racional, tradicional? Veamos.

El discurso de la meritocracia no sólo refuerza las posiciones privilegiadas según el origen o capital social (al darle validez a la facilidad de acceso a doctorados, estudios en el extranjero, idiomas y cargos de influencia que sólo las elites tienen) sino que camufla el carácter excluyente y no individual de éstos. Esto permite a los ya privilegiados por su origen, ampliar sus privilegios reclamando su derecho a otras dispensas, por el esfuerzo realizado.

Así, el discurso de la meritocracia, camufla la estructura de privilegios basada en el origen, que sustenta el habitus de dominio de las elites, haciéndola parecer una estructura construida a base de esfuerzo y sacrificio individual. Como los pollitos de Fra Fra.

Lo anterior, incluso sirve para desmoralizar a quienes –sin tener capital social- no logran ascender en la escala social pese a sus esfuerzos y sacrificios personales. Entonces, asumen que son excluidos por falta de méritos, y no por falta de privilegios, nexos u apellidos.

Probablemente esa misma percepción tuvo Michael Young en 1958, cuando siendo secretario del comité político del Partido Laborista, escribió su libro The Rise of the Meritocracy (1870-2033): An Essayon Education and Equality. ("La ascensión de la meritocracia"), donde planteaba su visión pesimista sobre la meritocracia.

Lo cierto es que en el caso de Chile, el discurso de la meritocracia se ha convertido en el nuevo derecho divino de las elites que –ydigámoslo- genealógicamente no han sufrido mayores alteraciones desde la independencia.

Esas elites, han decidido cuánto, cómo, dónde y a quiénes se educa. Y esas mismas elites son las que monopolizan el poder político y económico, y se atribuyen la facultad de reconocer o rechazar ciertos saberes o la forma de instrucción que se aplica sobre el resto de los ciudadanos.

Tal como el mismo Young, después decepcionado decía en un artículo titulado “Abajo la meritocracia”: “Con una increíble batería de certificados y titulaciones a su disposición, el sistema educativo ha dictado aprobación para una minoría, y un suspenso para una mayoría que no consigue brillar desde el momento en que son relegados al fondo del sistema de graduación a la edad de siete años o antes”.

Por eso. De qué meritocracia hablan, si un estudio del economista Javier Nuñez, del departamento de economía de la Universidad de Chile, llamado “Movilidad intergeneracional del ingreso en Chile”, fue claro en desmitificar el discurso de la meritocracia, al indicar que a igual formación, méritos académicos, los representantes de la clase alta tenían ingresos en un 35 % superior a los de otras clases sociales.

No por nada, Chile está entre los países con peor distribución del ingreso y mayor desigualdad de acuerdo a coeficiente de GINI, con una brecha desproporcionada entre el 5 % más rico y el 95 % restante.

La movilidad social a base del mérito es nula, si se considera que si los padres pertenecen al 20% más pobre de la población, se tiene un 31% de probabilidad de permanecer en la misma condición y un 52% de estar entre el 40% más pobre.

La meritocracia es la nueva forma de dominación tradicional.

Pinochetismo del siglo XXI

Seguramente 20 años de derrotas electorales no son nada. Probablemente, el gradual proceso de distanciamiento de la sociedad chilena con un periodo exento de garantías mínimas para la existencia de un estado de derecho puede (y debe) ser revertido. O posiblemente la mayoría añoramos los años de dictadura, pero necesitamos que otros la reivindiquen para atrevernos a salir del “armario ideológico”.

Difícil entender los supuestos que guían el comportamiento de quienes podrían creer que ha llegado el momento de arreglar cuentas con la historia, de terminar con una versión tergiversada y homogénica de los hechos del pasado. La verdad es que resulta absurdo constatar que quienes se empeñan en rehabilitar sus propios roles - olvidan que los únicos que intentaron imponer una versión oficial - fueron los que disfrutaron de un poder sin contrapeso durante 17 años. Es por eso que - a menos de cuatro meses de gobierno de la Coalición por el Cambio - las polémicas declaraciones del ex embajador en Argentina y del propio hermano de Sebastián Piñera, ni siquiera podrían responder a la necesidad de equiparar un debate que haya sido anulado con los mismos medios.

Aunque se apunte al supuesto totalitarismo moralista impuesto por los detractores de Pinochet, la versión erigida durante los últimos 20 años, ha sido una historia con derecho a réplica, una versión resistida por sectores conservadores, pero paulatinamente asumida por quienes entendieron que esta vez era la sociedad - y no los aparatos gubernamentales - la que castigaría la insistencia en justificar lo injustificable. Curioso - que a diferencia de muchos civiles que colaboraron con el régimen militar - así lo entendiera el propio ejército, al asumir con entereza el precio de la responsabilidad institucional en las violaciones a los Derechos Humanos cometidas al amparo de la dictadura.

En este contexto, la visión reivindicativa - expuesta por Miguel Otero y José Piñera - no sólo representarían un desaire para las víctimas de un régimen de fuerza, sino además revive un escenario de monopolio electoral, de desencuentro entre grandes sectores de la civilidad y las instituciones armadas, y de postergación inaceptable de la incorporación de valores humanos irrenunciables para la convivencia social. En el fondo, la relativización de hechos traumáticos para la dignidad e integridad de las personas, terminó representando el peor escenario para quienes entendieron que el voto de confianza ciudadano, se supeditaba al quiebre definitivo con las lealtades o silencios del pasado.

Ciertamente, es difícil negar la trascendencia que el régimen de Pinochet ha logrado para la institucionalidad política y la estrategia de desarrollo económico vigente en el país. Aún así, la mayoría de sus antiguos partidarios debe asumir irremediablemente - que en el Chile del siglo XXI - no se erigirán estatuas, ni referentes para rendir tributo a uno de los precursores del orden económico que se impuso en la región y el mundo. La irrupción de una sociedad más libre, crítica y desarrollada lo impide.

Bachelet 1 Piñera 1. La Roja celebra

El mundial de fútbol nos da una buena prueba de cómo la comunicación política, sus estrategias y tácticas, siguen desarrollándose aunque estemos fuera de período electoral. Vemos como el gobierno se despliega entendiendo la oportunidad, mientras que la oposición, desorientada ante el avance del adversario, no sabe como aprovechar este tipo de espacios mediáticos.

El gobierno, desde la campaña y hoy en su gestión, responde en buena medida a las lógicas del marketing y las técnicas de comunicación política. De ahí que desde La Moneda se haya diseñado consecuentemente un despliegue en el territorio del espacio público medial de muchas de sus principales figuras.

Piñera, Lavín y Kast en la delantera, ocupan el espacio del terremoto y duermen en una mediagua. En el medio campo, Von Baer, Parot, Schmidt y Golborne, distribuyen el juego desde la Vega Central. La defensa está desplegada en el entorno espacial, particularmente simbólico, de La Moneda, donde se dispone para los santiaguinos de una pantalla gigante.

El objetivo en cada uno de estos emplazamientos es claro. Acercar la gestión del gobierno a la gente con la excusa del mundial. Así, la operación de unión simbólica acerca y trata de "pegar" distintos símbolos: terremoto, mundo popular con victoria futbolística.

En definitiva, es un mensaje unitivo que está en consonancia con los objetivos políticos de gobierno, que no son otros que facilitar su gestión en estos años y preparar el terreno para lo que vendrá después. Es un trabajo que deberá ser permanente si quiere dar resultados tal como la estrategia de las clasificatorias sólo puede tener buenos efectos si se aplicó sistemáticamente y en largos plazos.

Al otro lado, la oposición se muestra sin dirección. No aprovechó eficientemente la oportunidad. Ninguna oposición, ni la concertacionista ni la extra concertacionista. No queda claro su despliegue territorial. Esto puede ser por menospreciar la oportunidad o simplemente por no saber hacerlo, es decir, como se diría en otro ámbito, es no saber manejar la pelota.

Todo eso, a pesar de recibir, como en esta ocasión, algo parecido a un "pase gol", como fue la invitación de Mayne Nichols a la ex presidenta Bachelet. Allá, ella no sólo logra posicionarse efectivamente en el espacio público medial con su sólo viaje logrando una vitrina privilegiada que le gustaría tener a cualquiera de sus adversarios. También da una conferencia de prensa, se viste de rojo, está presente, virtual y nuevamente en la Moneda a través de la pantalla gigante de la plaza de la Constitución.

Lo de Bachelet es un gol de tiro libre producto de una habilitación casi sin querer que le dio la ANFP. Aunque el gobierno reclame fuera de juego, su posicionamiento irá quedando marcado en la mente de los futboleros de la roja, como próxima a los jugadores, a sus triunfos y derrotas, a sus alegrías y tristezas, tal como si fuera una metáfora de la sociedad chilena, con terremotos y mediáticas solidaridades. Además, claro, de esas vistosas jugadas, que entre mentira y verdad, entre mito y realidad, se expresan en el coqueteo y la distancia, de los dos principales protagonistas de una teleserie que inspira a miles de erotizadas mentes chilenas como es la dupla Bielsa y Bachelet.

En todo este sentido, Bachelet logra avanzar mucho en este territorio del espacio público político y sus lógicas simbólicas, que lo que la desorientada oposición podría aspirar con testimoniales pichangas en las cafeterías del Congreso. Una acción bacheletista que alcanza a estar a la altura del despliegue concertado del gobierno en Dichato y la Vega Central.

No es fútbol, es política, la que para lograr su último objetivo, la gestión del gobierno, debe contar con sus propios intermediarios, el gol en la cancha medial, que no es otro que la aceptación y el apoyo del ciudadano.

Adolfo, el PRI Y el oportunista de Piñera

Sin quererlo, supongo, el campeonato mundial de fútbol ha logrado esconder a la opinión pública muchas cosas entretenidas realizadas por estos días, entre ellas, los 100 primeros días del Gobierno de Sebastián Piñera (que se cumplen hoy viernes) o el vértigo que provocó en la academia y farándula política la inminente designación del Presidente del Partido Regionalista Independiente (PRI), Adolfo Zaldívar, como embajador de Chile en Argentina.

Sobre los 100 primeros días del Gobierno no diré ni mú. De hecho y ya que la gallá está más pendiente de la pelotita, seré en extremo breve para referirme a dos asuntos que, a mi juicio, son bastante menos lateros que analizar los aciertos y errores del Presidente y demás actores de reparto. El primero, ya mencionado, es el hecho de que un declarado opositor a las ideologías representadas por el Gobierno de Piñera termine representándolo en Argentina y segundo, el extraordinario acierto comunicacional del Presidente al ir a ver el partido inaugural de “la roja” con los damnificados por el terremoto y maremoto en Dichato.
Vamos con Adolfo entonces.

Comienzo advirtiendo que Zaldívar se convertirá en el condimento exótico de un caldo, hasta ahora, aburrido y repleto de protocolares verduritas. Es decir, ¿cómo no va a ser entretenido ver los esfuerzos que mundo diplomático (de carrera y político) hará para explicar que el Presidente de un partido político opositor al gobierno se convierta en su representante en Argentina?.

Las elucubraciones el respecto no se harán esperar. Que la Casa Rosada aceptó porque Adolfo y los Kirchner son amigos o que Adolfo va porque conoce el tema de campos de hielo. Otros más aventureros advertirán que con esto sólo se materializa el definitivo desembarco del PRI en la Coalición por el Cambio, al tiempo que los chupamedias de siempre asegurarán que la designación de Adolfo es la más brillante idea que Piñera pudo inventar después de convencer a Jaime Ravinet de ser Ministro de Defensa.

Sea cual fuere el motivo que llevó a Piñera a proponer a Zaldívar y la de éste último de aceptar el desafío, lo cierto es que los beneficios inmediatos de dicha designación no serán para el Gobierno como creen en la Cancillería, más bien, el movimiento lo debería capitalizar Zaldívar y su colectividad, la que en una posición expectante respecto de su posición frente al Gobierno, tiene grandes oportunidades de brillar y atraer las miradas dentro y fuera de Chile, eso, siempre que sus dirigentes se pongan de acuerdo en una estrategia inteligente sobre la dirección y propaganda política.

El escenario menos probable, pero más atractivo, sería que su máximo líder (Adolfo) deje establecido que, a pesar de ser embajador de Piñera, el PRI quede en libertad de acción (y conciencia) para definir y desarrollar su propuesta política. Es verdad, sería impresentable una situación así, pero quizás por ello resulta más atractiva que sólo sumarse a un conglomerado sin identidad ni estructura como es la Coalición por el Cambio. ¿No me creen?. Pregúntenle a los chiquillos de Chile Primero.

El PRI deberá pensar muy bien su pasos. No será fácil la elección del sucesor de Adolfo. La Diputada Alejandra Sepúlveda estaría atada de manos al presidir la Cámara. Jaime Mulet no goza de la simpatía de los históricos (de hecho fue expulsado) y los históricos tampoco tienen el talante para conducir esta nueva etapa. Por lo tanto, a mi juicio, lo más razonable sería que la presidencia del PRI la asumiera el Diputado Pedro Araya. Es joven, tiene experiencia política y proviene del mismo lote colorín que huyó de la DC cuando expulsaron a su mesías.

Y como nadie sabe para quién trabaja, este asunto afectará también a la DC, quienes asustados ante nuevas tentaciones de La Moneda, verán como Mariano Fernández se infla y afirma en su candidatura repitiendo hasta el cansancio el discurso contenedor con que debutó en el pasado cónclave falangista. El más aplaudido hay que decir.

Pero bueno, dejemos el tema Zaldívar - PRI y pasemos al asunto de dormir en una mediagua y ver el partido de la selección chilena de fútbol en un campamento en Dichato.
Lo diré en seis palabras: EX - TRA - OR - DI - NA - RIO.

¿Por qué?. Simple. A diferencia de muchos (respetables e insignificantes) que se llenaron la boca con teorías oportunistas sobre el Presidente y los ministros, yo advertí la más inteligente y perfecta manera de tranquilizar a los miles de damnificados que pensaron que llegado el mundial, Chile se olvidaría de ellos. Y claro, es cosa de ver la programación asociada a la pelotita y la insoportable invasión publicitaria para verificar que sus miedos estaban bien justificados, pero gracias a Dios, el Gobierno y la ANFP se las arreglaron para que el evento sudafricano se juegue “para” y “por” los damnificados del terremoto. Si hasta enviaron la bandera desguañangada al hotel donde entrenan los muchachos.

Buena, notable y maravillosa estrategia para no perder el norte y la conciencia sobre nuestras prioridades. ¿Se entiende el punto?.

Ya, dije que sería breve, así que adiós, dejen sus comentarios, que tengan un muy buen fin de semana y nos leemos el próximo viernes (si el fútbol lo permite claro).

PD: Para los que echaron de menos la entrevista sobre el asunto Zaldívar, una palabra de consuelo: yo también.

Escuela Nº 2201 de Pudahuel vuelve a la normalidad

Escuela Nº 2201 de Pudahuel vuelve a la normalidad

La Escuela básica "Boston College" de Pudahuel, ha pasado por varias etapas de reconstrucción y los responsables de la obra manifiestan que el plantel educacional quedará sin duda "mejor que antes". Una buena noticia para padres y apoderados quienes en todo momento han querido saber que sucederá con el establecimiento.

Reportero Ciudadano

Conceptos como daño estructural, planes de contingencia y normas de construcción, se han incorporado en las conversaciones de nuestro cotidiano vivir, producto del terremoto del 27 de febrero pasado.

A tres meses del sismo, la transparencia y el rol fiscalizador ciudadano sobre normas y procedimientos constructivos, han dejado profundas huellas en nuestra sociedad, señalando un antes y un después en la relación con las empresas y los profesionales de la construcción.
Ejerciendo su rol de padres responsables por el destino de sus hijos, un grupo de personas llegó hasta las dependencias de la Escuela Básica Nº 2201 "Boston College", para exigir transparencia con respecto a las reparaciones que se efectuaban después del cataclismo.

Segun Marcos Jara Ferj (33) Constructor Civil responsable del proyecto de reparaciones realizado en las dependencias de este Colegio particular subvencionado, el colegio quedará en excelentes condiciones. ” Lo apreciarán cuando los niños regresen nuevamente a clases el 19 de abril, por eso abrimos las puertas para que conocieran lo que estábamos haciendo”, señaló.
Entre el ruido de las labores de reforzamiento, el experto entregó un mensaje de tranquilidad a la comunidad escolar: “ El colegio está construido por varios pórticos unidos por VIGAS que permiten afirmar su estructura, sin embargo al momento de producirse el sismo del 27F, el colegio se movió más de lo que debía producto de la falta de estructuras que debían impedir el exceso de oscilación en caso de cataclismos", argumentó.

El profesional agrega que todo el edifico quedó rígido, con las reparaciones efectuadas, en consecuencia a cada portico se le aplicó una rigidez mayor, especialmente en el 2º y 3º niveles donde el terremoto ocasionó los mayores daños. “En este sentido - precisó el experto - fue muy bueno que los padres y apoderados que asistieron a la obra el sábado 27 de marzo, pudiesen apreciar los refuerzos construidos en obra gruesa antes que se empastaran”.

BITACORA

Desde el día 3 de marzo, Marcos Jara Ferj registró diariamente en el LIBRO DE OBRAS, todas las novedades y actividades respecto de las mejoras implementadas en el Boston de Pudahuel.
Desde el Folio Nº 1, con papel autocopiativo en cuatro ejemplares cada uno, el profesional responsable de la puesta a punto de los trabajos, ha consignado las visitas inspectivas de la Municipalidad de Pudahuel, y del Ministerio de Educación, junto a las observaciones planteadas por otros profesionales externos a la obra y el ingeniero Calculista del proyecto.

Sobre este instrumento de gestión, el profesional precisó que “el libro se administra como una bitácora con todo lo que haces día a día en esta obra, describiendo detalles y además permite avanzar en las tareas para ir cerrando sectores ya terminados”.

La verdad histórica

Allende, a pesar de su limpia elección, comenzó a desconocer algunas leyes, a obviar disposiciones del Poder Judicial en contra de sus adherentes, creándose así un clima de desorden.

Sin duda que en la verdad histórica hay similitudes entre estos dos personajes: Adolf Hitler y Salvador Allende. Ambos fueron elegidos por votación popular... Hitler, por el Partido Nazi -tras la caída del imperio alemán- que en 1933 obtuvo 46% de los votos, con preferencias católicas y monárquicas. Allende obtiene 36% ante la ciega visión del centro y la derecha de Chile.
Hitler desde 1923 venía ejerciendo la violencia a través de sus grupos de asalto, que se encargaban de barrer de la faz de la tierra a todos los opositores; al contrario, Allende, que fue ministro de Salud de don Pedro Aguirre Cerda, estimaba que la población de Chile era esmirriada y por eso llevó a cabo la ingesta de leche obligatoria a todos los niños. Cuando asume Hitler como Canciller, legitima a sus grupos de choque y la violencia se entroniza en Alemania, al tanto que comienza a desconocer aspectos de la Constitución, a transgredir las leyes deviniendo en una tiranía diabólicamente ejercida por él y sus partidarios.

Allende, a pesar de su limpia elección, comenzó a desconocer algunas leyes, a obviar disposiciones del Poder Judicial en contra de sus adherentes, creándose así un clima de desorden, de desobediencia y caos, surgiendo los conocidos “resquicios legales” y las brigadas de choque, como la Elmo Catalán, la Ramona Parra y las despreciadas juntas de abastecimientos y precios (JAP), donde a los pobladores, muchos de ellos iletrados, se les atribuyeran poderes para distribuir los escasos alimentos que no estaban acaparados por la derecha. De esta forma se fue generando más violencia e irrumpió el germen de la corrupción, la que tal como aquélla empieza luego a tornarse incontrolable.

Vivíamos en la era de Piscis, que terminó con un Holocausto: 20 millones de rusos y 5 millones de europeos muertos, 6 millones de judíos inocentes exterminados en los siniestros hornos, en las cámaras de gas; dos bombas atómicas, la desolación en toda Europa por causa de la demencial Segunda Guerra Mundial y un grito de dolor que se extendió por Occidente y el entero mundo.
Y parece que los chilenos comenzaron a ponerse saltones con el ejemplo hitleriano y empezaron a mover sus piezas; crearon el Comando Rolando Matus y Patria y Libertad, que “bien bailaban” en esto de la violencia, y con 63% de los votos a favor en la Cámara de Diputados y la anuencia del poderoso Partido Demócrata Cristiano, se dio luz verde para quebrantar el régimen presidencial de Salvador Allende, que ninguno sabía cómo iba a terminar. Todo esto, eso sí, con la disidencia firmada por trece correligionarios democratacristianos, que sí previeron hasta dónde llegaría el gobierno de Pinochet, que para muchos se tornó en una gran tiranía. Pero la Concertación encontró atinada su economía y la aplicó. ¿Esto sería lo que quiso decir el ex embajador Otero en Argentina?

Golpeando las puertas del cielo

El autor luso, que murió el viernes, revistió su rostro frágil con la fiereza de sus causas. Lanzó piedras a los vitrales de la Iglesia, empuñó un clavel contra la dictadura portuguesa, también la chilena y miró escéptico los laureles de la Academia Sueca. Y se fue sin transar, con el barba entre ceja y ceja.

Debe estar pidiendo explicaciones. Por el millón 700 mil de muertos, más o menos, que se cuentan en las historias de la Biblia. O porque el mismo conservador que lo vetó para el Premio Literario Europeo y provocó su autoexilio a la isla de Lanzarote, Aníbal Covaco Silva, hoy es Presidente de Portugal y dirige sus homenajes. O porque el juez Baltasar Garzón -el mismo que lo hizo saltar de alegría por procesar a Pinochet- fue suspendido de sus funciones.

O estará reclamando por su infancia pobre en localidad de Azinhaga, recobrada en “Las pequeñas memorias” (2007, Alfaguara). Días a cargo de los abuelos maternos, quienes empeñaban sus frazadas cada vez que llegaba el invierno por algunas monedas.

Ancianos obligados a -pero también, gozosos de- compartir cama con sus lechones flacos. Debe estar enfadado por su único hermano, Francisco, muerto por neumonía meses después de que los niños de Sousa se trasladaran a Lisboa.

O por el abuelo Jerónimo, quien al final de sus días exhaló la vida abrazado a un árbol del huerto. O porque la muerte no lo dejó terminar su libro sobre el tráfico de armas, donde volvía a proponer una ruptura mundial: ¿qué pasaría si los obreros de la industria armamentista se votaran a huelga?

En cambio, Alfaguara sacará a la calle “José Saramago en sus palabras”, autorretrato del escritor desde sus entrevistas y conferencias.

Por todo eso y más, el Premio Nobel portugués, José Saramago (1922, Azinhaga), debería estar golpeando la mesa en la otra vida, tras su muerte acaecida el viernes en su casa de Lanzarote, Islas Canarias, a causa de una leucemia. El problema es que, de acuerdo a su propio evangelio, al otro lado no hay nada ni nadie a quien exigir respuestas.

HASTA EL DÍA DEL NÓBEL

Saramago fue un autor tardío. Se educó como mecánico, trabajó como cerrajero. Probó a los 23 años con “Tierra de pecado” y colgó la pluma por tres décadas, para volver con “Manual de pintura y caligrafía” en 1977. El luso siempre gozó con la paradoja que lo devolvió a la novela: la dictadura de Salazar lo expulsó de su puesto, cobrándole su participación activa en “La revolución de los claveles” y su pública adhesión al Partido Comunista.

En 1982 reclamó su puesto en la plana mayor de la literatura universal con “Memorial del convento”, y un año más tarde con “El año de la muerte de Ricardo Reis”.
Desde ese puesto continuó atacando al magisterio de la globalización, a la que consideraba “un nuevo totalitarismo”.

El 8 de octubre de 1998 el escritor portugués estaba en el aeropuerto de Frankfurt -luego de haber participado de la feria del libro de la ciudad alemana- esperando un vuelo que se retrasó. Unos segundos antes de embarcar recibió un mensaje de su editor: “No embarques. Tienes el Nobel”. Así lo supo.

La Academia Sueca argumentó su decisión afirmando que Saramago se adjudicaba el Nobel de Literatura “por haber vuelto tangible una realidad fugitiva gracias a sus parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía”.

Ante la Academia Sueca, el letrado Kjell Espmark señaló que el autor portugués “ha creado un cosmos que no pretende ser una imagen coherente del universo”. Mientras en su discurso el autor portugués vestido de frac dijo: “El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir”, aseguró recordando a Jerónimo, su abuelo campesino y analfabeto.
Aunque también el escéptico de Saramago dijo en su momento que es mentira “que el Nobel sirva para fomentar la literatura del país al que pertenece el galardonado. Para lo único que vale es para engrosar la cuenta corriente del autor”.

Ese año, 1998, se cumplieron 50 años de la firma de la Declaración de los Derechos Humanos, cuestión que Saramago hizo pública en cada entrevista que dio.

Afirmaciones como: “Las injusticias se multiplican, las desigualdades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se expande. La misma esquizofrénica humanidad, capaz de enviar instrumentos a un planeta para estudiar la composición de sus rocas, asiste indiferente a la muerte de millones de personas a causa del hambre. Se llega más fácilmente a Marte que a nuestro propio semejante”.

Y mientras pateaba la perra a nivel planetario, la crítica más dura a Saramago provino del Vaticano. El diario L´Osservatore Romano cuestionó por segundo año consecutivo la decisión de la Academia Sueca, al señalar que la elección del autor portugués es “otro reconocimiento más orientado ideológicamente”.

Agregó que Saramago es un “comunista de la vieja escuela” y que en sus obras “Memorial del convento” y “El Evangelio según Jesucristo” expresan su actitud anticlerical y antirreligiosa. El año anterior, la Santa Sede había criticado la distinción a Darío Fo (Nobel 1997), porque en sus obras satiriza a la Iglesia Católica.

La respuesta de Saramago no se hizo esperar. “En lugar de andar opinando sobre literatura -replicó con dureza-, materia sobre la que no entiende, la Santa Sede debería preocuparse por los esqueletos que tiene guardados en sus armarios”.

CEGUERAS

“Los que alguna vez lo invitamos a Chiapas, a los campamentos del Tinduf, a La Araucanía, a cualquier territorio (…) donde se precisara, no un mensajito esperanzador carente de médula, sino un discurso fuerte sobre los derechos humanos, la justicia y la dignidad de los pobres, sabíamos que lo más probable es que aceptara”, escribió el viernes Luis Sepúlveda en Le Monde Diplomatique.

“Nos quedamos con ese hilo que fue su escritura y que nos permite soñar con un mundo mejor”, dijo el ex Presidente Ricardo Lagos a Radio Cooperativa.

“Hoy el día se ha vuelto más necio y ciego”, declaró el cineasta Fernando Meirelles (“Ciudad de Dios”), el mismo que llevó al cine el “Ensayo sobre la ceguera” de Saramago, bajo el título “Ceguera” (2008), una película horrible, con la peor campaña publicitaria alguna vez craneada por los creativos del flujo de caja: a la gente se les repartían gafas tapadas, cosa que no pudieran ver nada. Meirelles y Pedro Almodóvar son los productores de “José y Pilar (unión ibérica)”, un documental que se estrenará a finales de julio, sobre los últimos días del escritor y su mujer en Lanzarote.

Saramago estaba lúcido, siempre listo al ataque frontal, aunque siempre exhibiendo cierta fragilidad que legó a los personajes de sus libros. Una característica advertida por el crítico de The New Yorker, James Wood, quien describió su escritura desde la habilidad única de sonar “sabio e ignorante a la vez”, como si sus ficciones fueran contadas “no por un autor, si no, digamos, por un grupo de hombres sabios y quizás un poco charlatanes, sentados en el puerto de Lisboa, todos fumando, uno de los cuales es un escritor.

Esta comunidad le tiene mucho cariño a las obviedades, a los proverbios, a los clichés”. La eminencia de la crítica literaria, Harold Bloom, lo agasajó en la despedida: “Fue equivalente a Philip Roth, Günther Grass, Thomas Pynchon y Don DeLillo. Su genio era remarcablemente versátil, era un gran cómico y un escritor de impactante ternura y sombría intensidad”.
Se va Saramago, entonces, con la certeza de que reventó su voz hasta la disfonía para repetir su cita favorita, extraída de “La sagrada familia”, de Karl Marx: “Si el hombre es formado por las circunstancias, entonces es necesario formar las circunstancias humanamente”.

Palabras que podrían rastrearse en las declaraciones que ofreció al diario español El País con motivo del lanzamiento de su último libro, “Caín” (2009): “No pretendo que el lector crea haber visto la luz después de leer el libro. Sólo propongo que piense en sus propias creencias y qué espera de ellas. ¿La vida eterna? ¿La condena al infierno?”.

En conclusión: si al otro lado no hay Dios, probablemente exista un cartel que diga: “Hay vacantes”. Y algunas voces están a la altura.

martes, 15 de junio de 2010

Allamand presentará iniciativa para regular la situación de las parejas de hecho en Chile

Regular la situación de las parejas de hecho en nuestro país es lo que busca la inciativa que presentará el senador Andrés Allamand esta semana. En La Moneda esperan que el parlamento decida.

El tema del matrimonio y los valores vuelve a La Moneda. Esta vez de la mano del proyecto que presentará esta semana ante el Congreso el senador RN Andrés Allamand. Con la iniciativa Acuerdo de Vida en Común, busca reglamentar los derechos civiles de las parejas de hecho hétero y homosexuales.

Para no ahondar los conflictos dentro del oficialismo, principalmente con la UDI, el Gobierno no incluyó la ley sobre el tema a pesar de lo prometido en la campaña de Sebastián Piñera y dejó la decisión en manos del Congreso.

La vocera de Gobierno, Ena von Baer, afirmó que siempre han apoyado el matrimonio héterosexual y que están en contra de cualquier tipo de discriminación.

Desde la concertación el apoyo no se hizo esperar. El ex presidente del PPD, Pepe Auth expresó su respaldo al proyecto y aseguró que están dispuestos a revisarlo en detalle para discutirlo.
Además, el diputado felicitó a Allamand por su iniciativa a pesar de que el senador no cuenta con el respaldo total de la tienda oficialista.

El proyecto que presentará Andrés Allamand esta semana al Congreso otorga reconocimiento legal a las parejas de hecho, las que podrán regular su situación ante notario sin exigir una dieferencia de sexo, según publicó el diario La Tercera. Con ello, cerca de dos millones de parejas en nuestro país serían beneficiadas.

Sin embargo, explicó que el acuerdo no permite el matrimonio homosexual, pero sí establece una serie de beneficios y obligaciones. Entre ellos, permite optar a planes comunes de previsión y salud pero no permite que se realice si alguna de las partes tiene un vínculo matrimonial vigente.

Una balada de amor: "Más que palabras..."

Te presento hoy una balada de amor preciosa del grupo Extreme: "More than words", "Más que palabras"...

Resulta curioso cuan difícil puede ser para mucha gente expresar un "te amo" cuando eso precisamente viene a ser lo más sencillo en una relación de pareja. ¿Y pues? Son palabras, sólo eso... Lo difícil realmente viene a ser demostrarlo, ¿verdad? Lo lees, lo escuchas una y quizás mil veces, pero si no lo percibes, al final, ¿qué? Sueñas con un mensaje conceptual.
Ahora pensarás: "Vaya con el escritor, tanta literatura romántica y ahora nos dice que las palabras no tienen valor..."

¡Ep! No voy por ahí. Pero lo que si quiero expresar es la vaciedad de esas palabras cuando no pueden dimensionarse en sentimiento, cuando en vez de acercarse al gesto se distancian.
Sí, ya sé, hoy estoy divagando más de lo normal. Pero no siempre es fácil expresar lo que uno desea. ¿O debería decir lo que uno siente?

¿Y que siento hoy? Quizás una aversión lógica hacia el mal uso o abuso de la palabra... Quizás pienso en cuanta gente cambiaría una mirada cómplice, limpia y tierna por el último "te quiero" que escuchó; quizás me voy dando cuenta de que habría que filtrar toda expresión amorosa antes de dejar que te alcance el alma: el amor puede pronunciarse, escribirse o cantarse, pero si no es constatable acaba siendo eso: palabras, sólo palabras... ¿Y entonces? Pues eso, para la proxima, por favor, me pido: "More than words"...

Mi amor gracias por estos casi 5 meses, te deseo un muy FELIZ CUMPLEAÑOS, quiero lo mejor para ti, que tengamos confianza en nuestra relación, respeto y tolerancia, mientras exista amor, cariño y todo lo anterior estaremos juntos, mi jirafita. MONI TE AMO. FELICES 26.

Dedicado con mucho amor y afecto para Mónica.

Rechazo transversal a dichos de José Piñera

El jefe de gabinete repudió semejanza establecida por el ex secretario de Estado entre Salvador Allende y Adolf Hitler, quien reaccionó exigiéndole disculpas públicas, pidiendo su renuncia y calificándolo de mentiroso.

El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, criticó las declaraciones de Piñera, lo que derivó en una fuerte arremetida del creador de las AFP.

“Me parece inconcebible, realmente no puedo aceptar, me parece repudiable y rechazable completamente que alguien compare el gobierno del ex Presidente Salvador Allende con lo que fue el régimen criminal de Adolfo Hitler”.

Con esas palabras, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, se refirió a la analogía hecha por el hermano del Presidente Sebastián Piñera y ex ministro del régimen militar, José Piñera, entre Salvador Allende y Adolf Hitler.

Respondiendo preguntas vía Twitter al diario argentino Perfil, José Piñera defendió el golpe de Estado, señalando -en alusión a Allende- que “quien desde el poder viola la Constitución de un país, es quien le da un golpe al sistema democrático y deviene en tirano” y agregó que “el caso más famoso fue el de Adolf Hitler en 1933: fue elegido democráticamente y devino en tirano”.
Tras conocer las declaraciones del titular de Interior, el hermano del Mandatario contraatacó a través de Twitter exigiendo su renuncia: “Gravísima declaración de Rodrigo Hinzpeter, ministro y operador político clave de Sebastián Piñera”, señaló y añadió que el jefe de gabinete “miente de manera brutal e irresponsable. Compromete la fe de la república y arrastra al Presidente. Debe disculparse hoy o renunciar”.

Quizás a muchos no nos guste Allende como personaje histórico y como ex-Presidente de la República pero de ahí a compararlo en sus hechos de vida y políticos con Hitler nos parece una exageración tremenda. es cierto que casi hubo una guerra civil en el gobierno de la UP y que sólo 1/3 del electorado lo eligió por culpa de las trabas constitucionales que tenía la de ese tiempo, pero es absolutamente legal su elección aunque haya sido nefasta para el pueblo chileno.

MOLESTIA EN LA OPOSICIÓN

Pero las palabras del ex ministro generaron además una ola de críticas en la Concertación, encabezadas por la senadora e hija del fallecido Mandatario, Isabel Allende, quien indicó que Hinzpeter la llamó por teléfono para expresar su respaldo a su familia ante las declaraciones de José Piñera.

“El ministro Hinzpeter me manifestó que las expresiones de José Piñera eran inaceptables y me dijo ‘lamento que tengas que pasar por esto’ y que ‘sus palabras no nos representan’. Por eso quiero reiterar que haber recibido este llamado y haber escuchado temprano sus declaraciones me parecen que son exactamente lo que corresponde”, indicó.

A su turno, el timonel de la DC, Juan Carlos Latorre, afirmó que “no cabe ninguna duda de que exista al interior del Ejecutivo un alma pinochetista que quiere expresarse a toda costa. Hay una disyuntiva que el único que puede resolverla clara y nítidamente, como señal política, es el Presidente y nosotros estamos a la expectativa de lo que suceda al respecto”.

En tanto, el diputado Marcelo Díaz (PS) respaldó a Hinzpeter, destacando que lo dicho por José Piñera “es una comparación inaceptable que ofende a un ex Presidente”, por lo que agregó “espero que guarde silencio”.

Eliminación del 7%: prevén que rebaja será para mayores de 70 que reciban menos de $150 mil

El presupuesto de la Nación para 2011 ya está trabajándose en el área de la Salud, y el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) ha mantenido constantes reuniones con la Dirección de Presupuestos para afinar la promesa presidencial de eliminación del 7% a los jubilados.

Aunque son varios los escenarios que aún se barajan y que deberá zanjar la Presidencia, la idea que ha tomado más fuerza entre las autoridades es la que proyecta que el beneficio se reduzca entre el 1 y el 3% para aquellos pensionados de más de 70 años y que reciban una pensión menor a $150 mil.

En otras palabras, los jubilados deberán seguir cotizando por 5 años tras la jubilación, en el caso de los hombres, y por 10 en el de las mujeres, antes de optar a los beneficios de exención del Gobierno.

Así lo confirmó a este diario el director de Fonasa, Mikel Uriarte, quien aclaró, eso sí, que la decisión final pasará por lo que decida el Presidente de la República, Sebastián Piñera.

Sin embargo, explica que cobra fuerza esta línea de corte de 70 años y $150 mil, para que en un período de cuatro años la exención para este grupo sea total. Uriarte recuerda que "el Presidente ha sido muy preciso en que el beneficio no será para todos y estará focalizado en los más necesitados y de mayor edad, y que será paulatino en el tiempo".

Esto quiere decir que sólo parte de los 1,3 millones de pensionados serán favorecidos. Este grupo aporta anualmente $204.000 millones en cotizaciones, por lo que por cada punto de rebaja el Estado debe financiar unos $30 mil millones.

Quienes resulten beneficiados verán reducido entre el 1 y el 3% en sus cotizaciones, lo que significa un ahorro en términos reales para las personas de entre los $3 mil y los $10 mil mensuales.

Según datos del Fonasa, los pensionados de más de 70 años en el país son 644 mil. En tanto, las personas que reciben menos de $150 mil mensuales son 873 mil.

Para Uriarte, el corte final "será un cruce entre estas dos variables. El otro criterio que se podrá utilizar es el de enfermedad". Por esta razón, no existe aún claridad sobre cuánta gente finalmente será la beneficiada, según la autoridad.

Hay una versión disímil al interior del Gobierno, que afirma que el beneficio podría ser sólo para aquellos con pensiones inferiores a $100 mil. "El problema de esta postura es que generaría más presión política para que subiera la cifra de 'corte' ", cuenta una alta fuente de Salud.

Cuidadosa separación

En el Gobierno han sido cautelosos y no han querido ligar los proyectos de eliminación del 7% de cotización -que en términos prácticos operará como un subsidio- con los cambios en la ley de isapres, que busca eliminar las discriminaciones a ciertos grupos, entre ellos, el de los adultos mayores.

De hecho, el "corte" que se propone busca tener como efecto colateral que se circunscriba sólo a los usuarios de Fonasa (sin explicitarlo), dejando afuera a la gran mayoría de los afiliados a las isapres.

Según Francisco Vidal 835 mil adultos mayores en Chile tienen una pensión inferior a los 150 mil pesos o sea viven con ese poco dinero para subsistir en su última etapa de la vida, es vergonzoso.

Concertación hace valer mayoría en el Senado y rechaza artículos clave de Ley de Reconstrucción

La oficina de Eduardo Frei en la sede del Congreso en Santiago fue el escenario en el que se selló ayer el destino de la ley de financiamiento para la reconstrucción.

Apenas se había iniciado la sesión de la comisión de Hacienda del Senado -donde poco después se votaría en particular la emblemática iniciativa- cuando el ministro Felipe Larraín pidió un receso.
El secretario de Estado se reunió, entonces, a solas con los representantes opositores de la instancia: Eduardo Frei, Camilo Escalona y Ricardo Lagos Weber. A ellos se sumó Andrés Zaldívar, quien ha liderado las tratativas con el Gobierno.

En esa cita, Larraín formalizó una propuesta para destrabar los reparos opositores al proyecto. que apuntan principalmente al carácter transitorio del alza de impuestos y a la rebaja permanente de obligaciones tributarias.

Según varias fuentes, el Gobierno propuso subir a 4% el piso para la aplicación del nuevo royalty , amarrar el 25% de la recaudación por ese impuesto a regiones y poner urgencia a la creación de un fondo de investigación para potenciar el uso del cobre.

La propuesta fue considerada insuficiente por la Concertación, que solicitaba que los beneficios tributarios a las grandes empresas fueran homologados a las alzas de impuesto y que se eliminara de este debate la discusión por el royalty . "La Concertación informó que seguiremos en la misma línea: impuestos transitorios y rebajas transitorias", sostuvo el senador Zaldívar.
Sin acuerdo sobre el tema, el Gobierno se expuso a su primera derrota importante a manos de la mayoría que la oposición ostenta en el Senado.

Por tres votos a dos, Frei, Lagos Weber y Escalona -miembros de la Concertación en la comisión de Hacienda-, rechazaron las rebajas de tributos de timbres y estampillas, el incentivo a la inversión del artículo 14 quáter -que, sostienen, beneficia a las grandes empresas- y se opusieron a extender la invariabilidad del royalty minero.

Todo lo demás, incluido el alza al impuesto de primera categoría, fue respaldado por la unanimidad de la comisión.

Tras la votación de la instancia, el emblemático proyecto será revisado hoy en particular en la sala del Senado, donde el Gobierno también enfrenta un panorama incierto. Hasta ahora, La Moneda ostentaba un empate con la Concertación, al sumar los votos de Alejandro Navarro (MAS) y de Carlos Bianchi (independiente). Una ventaja para el Ejecutivo era la postura del DC Hosaín Sabag, quien se había abierto a apoyar la iniciativa.

Ayer en la tarde, sin embargo, el Gobierno fue notificado del pareo del senador DC con Jovino Novoa (UDI), igual fórmula que utilizará Andrés Zaldívar (DC) con Hernán Larraín (UDI).
Anoche, el Presidente Sebastián Piñera usó Twitter para defender la aprobación del proyecto. "Le pido a la Concertación que no le dé la espalda a la clase media y las pymes, que necesitan y merecen un alivio tributario", escribió.

Exclusiones

En la mayoría de las entrevistas, las respuestas de los entrevistados son interpretaciones libres de los entrevistadores. En los mejores casos, son aproximadas. En los peores, dicen exactamente lo contrario de lo que el entrevistado quiso decir. Cada dos años, hacia estas fechas, los miembros de la difícil y más bien ingrata profesión literaria reciben peticiones variadas de entrevistas sobre el Premio Nacional de Literatura. Contesto lo que puedo, trato de dar una opinión personal, honesta, y cosecho irritaciones, molestias, susceptibilidades heridas, además de uno que otro elogio infundado. Si fuera miembro del jurado que otorgará el premio próximo, abandonaría mis lecturas actuales, que son, precisamente, inactuales, y me pondría a releer, a leer, a tomar notas. Ser escritor nacido en Chile no significa ser especialista en literatura chilena. No soy especialista en nada, y he sido lector constante de los libros más diversos de este mundo. Anoche, por ejemplo, lápiz en mano, leía un diálogo apasionante, agudo, lleno de humor y de crítica ácida: Julio II excluido del Reino de los Cielos. Fue escrito por Erasmo de Rotterdam en las primeras décadas del siglo XVI y es uno de los textos centrales, uno de los clásicos, de la reforma protestante en Europa. Por ahí comenzaba el libre examen, que debería ser una de las normas de cualquier ejercicio de la crítica, literaria o no literaria. Desde luego, una obra de Erasmo no tiene ni podría tener la más mínima relación con nuestros premios de letras o nuestros fondos concursables.

Pues bien, si me pidieran que diera mi voto en el ambicionado Premio Nacional próximo, comenzaría por hacer lo siguiente: releer a fondo, lápiz en mano, la poesía de Oscar Hahn; leer la obra de Isabel Allende, que conozco bastante mal; releer y leer las novelas, que conozco a medias, de Diamela Eltit, entre muchas otras lecturas. Sería un trabajo largo, duro, que me obligaría a privarme de muchas horas de sueño. Pero, claro está, este premio tan codiciado se otorga por un conjunto de funcionarios que llegan corriendo a la reunión, que han escuchado hablar de algunos autores, que han leído algunas de sus páginas, sobre todo en el fin de semana de la víspera, y que cumplen con su encargo en forma inevitablemente apresurada. La voz del premiado anterior tiene bastante peso, ya que suele ser la única persona que tiene conocimientos reales de la materia. Lo cual no es una crítica de los funcionarios sino del sistema y de la ley que lo establece. Si el rector de la Universidad de Chile, por ejemplo, es jurista de profesión, o químico farmacéutico, nada lo obliga a ser un conocedor profundo y justiciero de la literatura nacional.

Con respecto a Isabel Allende, a quien he leído poco, observo una situación que me parece, por lo menos a primera vista, sospechosa: se diría que está excluida por principio de la competencia, y esto se podría explicar porque tiene demasiado éxito, porque llega a demasiados lectores, porque es conocida en todas partes, en Japón, en Finlandia, en Turquía, y porque su lectura, en algún sentido, es demasiado fácil. Pues bien, no creo que la facilidad deba excluir el examen serio de esta autora, así como no creo que la dificultad deba afectar la candidatura de Diamela Eltit. Tampoco creo, y esto podría irritar más a algunos de los críticos y criticones ambientales, que la diferencia entre poetas y prosistas tenga mayor sentido. Se sostiene que este año le toca el premio a un narrador, pero la norma no está escrita en ninguna parte. Es un lugar común que no se sabe dónde se engendró. Vicente Huidobro, a quien no le dieron el premio porque andaba siempre lejos, en París o en lugares parecidos, era poeta, ensayista y novelista. De acuerdo con esta supuesta alternancia de géneros, el premio le tocaba siempre y me pregunto si por esa causa no se lo dieron nunca. Además, todos nuestros poetas mejores han sido prosistas. Casi no conozco excepciones a esta regla. Basta con citar a Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Enrique Lihn, Jorge Teillier. En desmedro de los narradores, agrego que más de alguno intentó ser poeta y fracasó en el intento. En consecuencia, suspendo mi juicio acerca del Premio Nacional, y agrego una o dos nociones personales. Detesto la exclusión, y en virtud de este principio, o de esta preferencia, si quieren ustedes, no estoy de acuerdo con el veto a priori de Isabel Allende. ¿Es una vulgar escribidora de best sellers? Examinemos el tema con un poco de atención, sin prejuicios, sin que el odio tan criollo al éxito nos perturbe. Cuando leí su primera novela, La casa de los espíritus, toda la primera mitad me pareció excesiva y descaradamente garcíamarquiana, pero hacia el medio y en la segunda parte empecé a notar un tono criollista, reminiscente de escritores como Luis Durand, Fernando Santiván, Eduardo Barrios, y eso no me disgustó. Nunca pensé que la novela estuviera escrita con la única intención de escribir un best seller.

Un crítico escribe ahora que premiarla sería como darles un premio a las hamburguesas en un concurso de gastronomía. Leo esa frase y pienso, como pensaba el poeta y brillante prosista mexicano Octavio Paz, que siempre es necesario hacer la crítica de la crítica. He enseñado durante diversos semestres en universidades diferentes de los Estados Unidos y he aprendido a respetar la ciencia de las hamburguesas. Una ensayista y profesora francesa, discípula de Jacques Derrida, notable teórica de la literatura, gastrónoma refinada, me enseñó en la Universidad de Chicago lo que era una hamburguesa y cómo había que comerla. Era, según ella, un modelo para armar, algo así como un libro donde el lector hace parte de la escritura. Cuidado, entonces, con las humildes hamburguesas. El principio erasmiano del libre examen nos obliga a proceder con más calma, con menos apasionamiento.

Por lo demás, como no estoy sometido en el interior de estas columnas a la tiranía de los entrevistadores, me permito agregar otra noción. Si tuviera que votar hoy, con mi conocimiento insuficiente de Diamela Eltit, con mi relativa ignorancia de Isabel Allende, sin darme el trabajo de robarle horas al sueño para probar otras hierbas literarias, medicinales o tóxicas, me parece que votaría por Oscar Hahn. Es uno de los autores más originales del presente literario chileno. La razón para mí es clara: usa los moldes clásicos, que conoce a la perfección, que domina con la más notable soltura, para introducir contenidos cotidianos, perfectamente contemporáneos, escritos con el habla con que cada persona suele hablar con su vecino. Es una forma irónica de escribir poesía, algo burlona, y que contradice una manía nuestra de hoy y de antes: la del vanguardismo como sistema, como academia, y que termina por erigirse en otra forma de exclusión. Esa síntesis de métrica tradicional, rigurosa, y de discurso interno abierto, es un fenómeno que me interesa más que otros, para decir lo menos.

Exclusiones

En la mayoría de las entrevistas, las respuestas de los entrevistados son interpretaciones libres de los entrevistadores. En los mejores casos, son aproximadas. En los peores, dicen exactamente lo contrario de lo que el entrevistado quiso decir. Cada dos años, hacia estas fechas, los miembros de la difícil y más bien ingrata profesión literaria reciben peticiones variadas de entrevistas sobre el Premio Nacional de Literatura. Contesto lo que puedo, trato de dar una opinión personal, honesta, y cosecho irritaciones, molestias, susceptibilidades heridas, además de uno que otro elogio infundado. Si fuera miembro del jurado que otorgará el premio próximo, abandonaría mis lecturas actuales, que son, precisamente, inactuales, y me pondría a releer, a leer, a tomar notas. Ser escritor nacido en Chile no significa ser especialista en literatura chilena. No soy especialista en nada, y he sido lector constante de los libros más diversos de este mundo. Anoche, por ejemplo, lápiz en mano, leía un diálogo apasionante, agudo, lleno de humor y de crítica ácida: Julio II excluido del Reino de los Cielos. Fue escrito por Erasmo de Rotterdam en las primeras décadas del siglo XVI y es uno de los textos centrales, uno de los clásicos, de la reforma protestante en Europa. Por ahí comenzaba el libre examen, que debería ser una de las normas de cualquier ejercicio de la crítica, literaria o no literaria. Desde luego, una obra de Erasmo no tiene ni podría tener la más mínima relación con nuestros premios de letras o nuestros fondos concursables.

Pues bien, si me pidieran que diera mi voto en el ambicionado Premio Nacional próximo, comenzaría por hacer lo siguiente: releer a fondo, lápiz en mano, la poesía de Oscar Hahn; leer la obra de Isabel Allende, que conozco bastante mal; releer y leer las novelas, que conozco a medias, de Diamela Eltit, entre muchas otras lecturas. Sería un trabajo largo, duro, que me obligaría a privarme de muchas horas de sueño. Pero, claro está, este premio tan codiciado se otorga por un conjunto de funcionarios que llegan corriendo a la reunión, que han escuchado hablar de algunos autores, que han leído algunas de sus páginas, sobre todo en el fin de semana de la víspera, y que cumplen con su encargo en forma inevitablemente apresurada. La voz del premiado anterior tiene bastante peso, ya que suele ser la única persona que tiene conocimientos reales de la materia. Lo cual no es una crítica de los funcionarios sino del sistema y de la ley que lo establece. Si el rector de la Universidad de Chile, por ejemplo, es jurista de profesión, o químico farmacéutico, nada lo obliga a ser un conocedor profundo y justiciero de la literatura nacional.

Con respecto a Isabel Allende, a quien he leído poco, observo una situación que me parece, por lo menos a primera vista, sospechosa: se diría que está excluida por principio de la competencia, y esto se podría explicar porque tiene demasiado éxito, porque llega a demasiados lectores, porque es conocida en todas partes, en Japón, en Finlandia, en Turquía, y porque su lectura, en algún sentido, es demasiado fácil. Pues bien, no creo que la facilidad deba excluir el examen serio de esta autora, así como no creo que la dificultad deba afectar la candidatura de Diamela Eltit. Tampoco creo, y esto podría irritar más a algunos de los críticos y criticones ambientales, que la diferencia entre poetas y prosistas tenga mayor sentido. Se sostiene que este año le toca el premio a un narrador, pero la norma no está escrita en ninguna parte. Es un lugar común que no se sabe dónde se engendró. Vicente Huidobro, a quien no le dieron el premio porque andaba siempre lejos, en París o en lugares parecidos, era poeta, ensayista y novelista. De acuerdo con esta supuesta alternancia de géneros, el premio le tocaba siempre y me pregunto si por esa causa no se lo dieron nunca. Además, todos nuestros poetas mejores han sido prosistas. Casi no conozco excepciones a esta regla. Basta con citar a Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Enrique Lihn, Jorge Teillier. En desmedro de los narradores, agrego que más de alguno intentó ser poeta y fracasó en el intento. En consecuencia, suspendo mi juicio acerca del Premio Nacional, y agrego una o dos nociones personales. Detesto la exclusión, y en virtud de este principio, o de esta preferencia, si quieren ustedes, no estoy de acuerdo con el veto a priori de Isabel Allende. ¿Es una vulgar escribidora de best sellers? Examinemos el tema con un poco de atención, sin prejuicios, sin que el odio tan criollo al éxito nos perturbe. Cuando leí su primera novela, La casa de los espíritus, toda la primera mitad me pareció excesiva y descaradamente garcíamarquiana, pero hacia el medio y en la segunda parte empecé a notar un tono criollista, reminiscente de escritores como Luis Durand, Fernando Santiván, Eduardo Barrios, y eso no me disgustó. Nunca pensé que la novela estuviera escrita con la única intención de escribir un best seller.

Un crítico escribe ahora que premiarla sería como darles un premio a las hamburguesas en un concurso de gastronomía. Leo esa frase y pienso, como pensaba el poeta y brillante prosista mexicano Octavio Paz, que siempre es necesario hacer la crítica de la crítica. He enseñado durante diversos semestres en universidades diferentes de los Estados Unidos y he aprendido a respetar la ciencia de las hamburguesas. Una ensayista y profesora francesa, discípula de Jacques Derrida, notable teórica de la literatura, gastrónoma refinada, me enseñó en la Universidad de Chicago lo que era una hamburguesa y cómo había que comerla. Era, según ella, un modelo para armar, algo así como un libro donde el lector hace parte de la escritura. Cuidado, entonces, con las humildes hamburguesas. El principio erasmiano del libre examen nos obliga a proceder con más calma, con menos apasionamiento.

Por lo demás, como no estoy sometido en el interior de estas columnas a la tiranía de los entrevistadores, me permito agregar otra noción. Si tuviera que votar hoy, con mi conocimiento insuficiente de Diamela Eltit, con mi relativa ignorancia de Isabel Allende, sin darme el trabajo de robarle horas al sueño para probar otras hierbas literarias, medicinales o tóxicas, me parece que votaría por Oscar Hahn. Es uno de los autores más originales del presente literario chileno. La razón para mí es clara: usa los moldes clásicos, que conoce a la perfección, que domina con la más notable soltura, para introducir contenidos cotidianos, perfectamente contemporáneos, escritos con el habla con que cada persona suele hablar con su vecino. Es una forma irónica de escribir poesía, algo burlona, y que contradice una manía nuestra de hoy y de antes: la del vanguardismo como sistema, como academia, y que termina por erigirse en otra forma de exclusión. Esa síntesis de métrica tradicional, rigurosa, y de discurso interno abierto, es un fenómeno que me interesa más que otros, para decir lo menos.

Exclusiones

En la mayoría de las entrevistas, las respuestas de los entrevistados son interpretaciones libres de los entrevistadores. En los mejores casos, son aproximadas. En los peores, dicen exactamente lo contrario de lo que el entrevistado quiso decir. Cada dos años, hacia estas fechas, los miembros de la difícil y más bien ingrata profesión literaria reciben peticiones variadas de entrevistas sobre el Premio Nacional de Literatura. Contesto lo que puedo, trato de dar una opinión personal, honesta, y cosecho irritaciones, molestias, susceptibilidades heridas, además de uno que otro elogio infundado. Si fuera miembro del jurado que otorgará el premio próximo, abandonaría mis lecturas actuales, que son, precisamente, inactuales, y me pondría a releer, a leer, a tomar notas. Ser escritor nacido en Chile no significa ser especialista en literatura chilena. No soy especialista en nada, y he sido lector constante de los libros más diversos de este mundo. Anoche, por ejemplo, lápiz en mano, leía un diálogo apasionante, agudo, lleno de humor y de crítica ácida: Julio II excluido del Reino de los Cielos. Fue escrito por Erasmo de Rotterdam en las primeras décadas del siglo XVI y es uno de los textos centrales, uno de los clásicos, de la reforma protestante en Europa. Por ahí comenzaba el libre examen, que debería ser una de las normas de cualquier ejercicio de la crítica, literaria o no literaria. Desde luego, una obra de Erasmo no tiene ni podría tener la más mínima relación con nuestros premios de letras o nuestros fondos concursables.

Pues bien, si me pidieran que diera mi voto en el ambicionado Premio Nacional próximo, comenzaría por hacer lo siguiente: releer a fondo, lápiz en mano, la poesía de Oscar Hahn; leer la obra de Isabel Allende, que conozco bastante mal; releer y leer las novelas, que conozco a medias, de Diamela Eltit, entre muchas otras lecturas. Sería un trabajo largo, duro, que me obligaría a privarme de muchas horas de sueño. Pero, claro está, este premio tan codiciado se otorga por un conjunto de funcionarios que llegan corriendo a la reunión, que han escuchado hablar de algunos autores, que han leído algunas de sus páginas, sobre todo en el fin de semana de la víspera, y que cumplen con su encargo en forma inevitablemente apresurada. La voz del premiado anterior tiene bastante peso, ya que suele ser la única persona que tiene conocimientos reales de la materia. Lo cual no es una crítica de los funcionarios sino del sistema y de la ley que lo establece. Si el rector de la Universidad de Chile, por ejemplo, es jurista de profesión, o químico farmacéutico, nada lo obliga a ser un conocedor profundo y justiciero de la literatura nacional.

Con respecto a Isabel Allende, a quien he leído poco, observo una situación que me parece, por lo menos a primera vista, sospechosa: se diría que está excluida por principio de la competencia, y esto se podría explicar porque tiene demasiado éxito, porque llega a demasiados lectores, porque es conocida en todas partes, en Japón, en Finlandia, en Turquía, y porque su lectura, en algún sentido, es demasiado fácil. Pues bien, no creo que la facilidad deba excluir el examen serio de esta autora, así como no creo que la dificultad deba afectar la candidatura de Diamela Eltit. Tampoco creo, y esto podría irritar más a algunos de los críticos y criticones ambientales, que la diferencia entre poetas y prosistas tenga mayor sentido. Se sostiene que este año le toca el premio a un narrador, pero la norma no está escrita en ninguna parte. Es un lugar común que no se sabe dónde se engendró. Vicente Huidobro, a quien no le dieron el premio porque andaba siempre lejos, en París o en lugares parecidos, era poeta, ensayista y novelista. De acuerdo con esta supuesta alternancia de géneros, el premio le tocaba siempre y me pregunto si por esa causa no se lo dieron nunca. Además, todos nuestros poetas mejores han sido prosistas. Casi no conozco excepciones a esta regla. Basta con citar a Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Enrique Lihn, Jorge Teillier. En desmedro de los narradores, agrego que más de alguno intentó ser poeta y fracasó en el intento. En consecuencia, suspendo mi juicio acerca del Premio Nacional, y agrego una o dos nociones personales. Detesto la exclusión, y en virtud de este principio, o de esta preferencia, si quieren ustedes, no estoy de acuerdo con el veto a priori de Isabel Allende. ¿Es una vulgar escribidora de best sellers? Examinemos el tema con un poco de atención, sin prejuicios, sin que el odio tan criollo al éxito nos perturbe. Cuando leí su primera novela, La casa de los espíritus, toda la primera mitad me pareció excesiva y descaradamente garcíamarquiana, pero hacia el medio y en la segunda parte empecé a notar un tono criollista, reminiscente de escritores como Luis Durand, Fernando Santiván, Eduardo Barrios, y eso no me disgustó. Nunca pensé que la novela estuviera escrita con la única intención de escribir un best seller.

Un crítico escribe ahora que premiarla sería como darles un premio a las hamburguesas en un concurso de gastronomía. Leo esa frase y pienso, como pensaba el poeta y brillante prosista mexicano Octavio Paz, que siempre es necesario hacer la crítica de la crítica. He enseñado durante diversos semestres en universidades diferentes de los Estados Unidos y he aprendido a respetar la ciencia de las hamburguesas. Una ensayista y profesora francesa, discípula de Jacques Derrida, notable teórica de la literatura, gastrónoma refinada, me enseñó en la Universidad de Chicago lo que era una hamburguesa y cómo había que comerla. Era, según ella, un modelo para armar, algo así como un libro donde el lector hace parte de la escritura. Cuidado, entonces, con las humildes hamburguesas. El principio erasmiano del libre examen nos obliga a proceder con más calma, con menos apasionamiento.

Por lo demás, como no estoy sometido en el interior de estas columnas a la tiranía de los entrevistadores, me permito agregar otra noción. Si tuviera que votar hoy, con mi conocimiento insuficiente de Diamela Eltit, con mi relativa ignorancia de Isabel Allende, sin darme el trabajo de robarle horas al sueño para probar otras hierbas literarias, medicinales o tóxicas, me parece que votaría por Oscar Hahn. Es uno de los autores más originales del presente literario chileno. La razón para mí es clara: usa los moldes clásicos, que conoce a la perfección, que domina con la más notable soltura, para introducir contenidos cotidianos, perfectamente contemporáneos, escritos con el habla con que cada persona suele hablar con su vecino. Es una forma irónica de escribir poesía, algo burlona, y que contradice una manía nuestra de hoy y de antes: la del vanguardismo como sistema, como academia, y que termina por erigirse en otra forma de exclusión. Esa síntesis de métrica tradicional, rigurosa, y de discurso interno abierto, es un fenómeno que me interesa más que otros, para decir lo menos.