jueves, 28 de octubre de 2010

Cristina viuda de Kirchner, entre el fantasma de Néstor y darle un sello propio a su administración

Hasta ayer en la mañana era Cristina, la esposa de Néstor, la parte femenina del binomio más poderoso en Argentina desde que Perón y Evita se convirtieron en mito. Hasta ayer, cuando una falla cardíaca la dejó viuda, la viuda de Kirchner, y la llenó de dolor, de pesar y de una serie de dudas y caminos posibles.

¿Cómo será el gobierno argentino sin su hombre fuerte? ¿Habrá cambio de estilo? ¿Será para mejor? ¿Cristina será la estrella indiscutida del justicialismo? Dudas válidas, que todos en Argentina se preguntan y que los expertos intentan aclarar.

Tanto adherentes como opositores reconocen que Kirchner fue la figura política argentina de la última década, mientras fue Presidente (2003-2007) y luego con su mujer en el poder. Ahora no está y el mapa político debe ser recompuesto. Esa, dicen los analistas, será la clave del futuro de la viuda: cómo aprovechar este inédito escenario.

Para José Ángel di Mauro, periodista argentino autor del libro "Cristina K, la dama rebelde", la primera impresión que dio Cristina fue de un desconcierto tal que ni siquiera hubo un comunicado oficial. Luego vendrá otra fase. Al momento del velorio, las exequias y durante el luto inmediato tras el entierro, el kirchnerismo estará unido ante la pérdida del referente, dice Di Mauro a "El Mercurio".

Tras eso será el momento decisivo: dependiendo de las maniobras y recomposición que haga Cristina se verá si los duros del kirchnerismo, los incondicionales de Néstor, se alinean tras ella o se dedican a levantar sus figuras como liderazgos dentro del justicialismo, más que como cartas presidenciales para 2011, en las que la Mandataria tiene la primera opción, opinan los analistas.

"Es casi seguro que la muerte de Kirchner puede generar un movimiento (...): el de un acuerdo mínimo entre el oficialismo y la oposición para rodear a un gobierno débil. Esta hipótesis supone algo que todavía debe ser probado y es que Cristina Kirchner aceptará la debilidad", opina el analista Carlos Pagni en una columna para La Nación.

Otra duda es quién "subirá" y quién "bajará" en el entorno de la Mandataria. Fernando Braga y Menéndez dirige una agencia de publicidad que lleva su nombre, pero en los círculos políticos es conocido por ser el creativo de las campañas de los Kirchner. Lo llaman el "publicista K".

Apunta a un nombre como sostén de Cristina: Carlos Zannini, el poderoso secretario legal y técnico de la Presidencia. "Él es una combinación: un tipo con formación política y técnica, y además un amigo de Néstor y de Cristina. Hay una cosa de afectividad que no está presente con otros cercanos como Aníbal Fernández (jefe de gabinete de la Presidenta), otro de los que ganará peso", dice Braga y Menéndez a "El Mercurio".

Julio De Vido y Amado Boudou, ministros de Planificación y de Economía, son otros de los que ganarán más visibilidad.

En cuanto a los que "bajan", Cristina tiene la oportunidad de reemplazar a funcionarios cuestionados, como el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno o el sindicalista Hugo Moyano, escribió el analista Rosendo Fraga en La Nación.

¿Cristina gana o pierde con el nuevo escenario? "Fríamente hablando, la Presidenta se saca un lastre", opina Di Mauro, pero aclara que un lastre en el sentido de que Kirchner era una figura muy confrontacional, peleado con el campo, empresarios, iglesia, entre otros sectores.

"Ella ocupa ahora el centro de la escena y tiene la oportunidad de ejercer el poder por sí misma (...) Tiene la oportunidad de modificar, rectificar, corregir, cambiar una serie de aspectos, estilos, orientaciones y políticas impuestas por su marido, que llevaron a una situación inédita: que un gobierno, con la economía creciendo al 9% tenga la aprobación de sólo uno de cada tres argentinos", opina Fraga.

Para bien o para mal, Néstor Kirchner se fue, y con él, la forma de hacer política que dominó Argentina la última década. Una muy particular.

Y ahora, ¿quién va a influir sobre ella?
La Presidenta argentina "es tremendamente influenciable", dice la socióloga y periodista argentina Sylvina Walger, por eso el problema ahora es que "no sabemos quién va a influenciar a esta mujer. ¿Sobre quién se va a apoyar? ¿Sobre los sindicatos corruptos?".

Walger, autora del libro "Cristina, de legisladora combativa a Presidenta fashion", señala a este diario que Cristina "dependía psicológicamente de Néstor de una manera absoluta. Tenían una relación enferma y simbiótica, sobre todo de ella hacia él. Una relación donde él ha llegado a pegarle y ella dependía mucho de él. Aunque eso no quiere decir que ella no saliera con otros hombres", expresa.

En el plano político, Walger opina que "ella nunca existió en este gobierno. Ella fue puesta por Néstor, fue un regalo de él". Y añade que esta sería una buena ocasión para que Cristina se aleje de personajes del entorno de su marido que detesta. "No quiere para nada al ministro Julio de Vido, por ejemplo. Es una oportunidad para sacárselos de encima". Según Walger "el pueblo no la quiere a Cristina, no lo quiso a Kirchner, pero la economía no va mal. Y es lo único que interesa".

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