martes, 17 de agosto de 2010

Los otros atrapados en la mina: familiares y el encierro psicológico

Experto señala que es importante contenerlos y que puedan compartir su experiencia con otras personas. Agrega que es muy probable que para la mayoría sea tranquilizador estar en el yacimiento y ver cómo avanzan las faenas.

SANTIAGO, agosto 16.- No importa si hace frío o calor, los familiares de los 33 mineros atrapados en la mina San José se mantienen firmes en las afueras del yacimiento esperando alguna señal que les indique que sus seres queridos están bien, pero nada se sabe todavía y la espera se hace cada vez más angustiosa.

Debido a lo anterior, un equipo de sicólogos y expertos en terapias en emergencias, viajó hasta Copiapó para entregar sustento emocional a esas esposas, madres, hijos y hermanos que a pesar de todo no pierden la esperanza de que los rescaten con vida.

Emmanuel Rechter, sicoanalista de la Universidad Andrés Bello, señala que en primera instancia es muy relevante contenerlos, es decir, brindarles atención y redes de apoyo para que los afectados puedan compartir su experiencia.

Agrega que es fundamental que las personas obtengan información que les ayude a entender a qué se están enfrentando. Explica que las crisis como esta generan grandes montos de angustia y cuando esto ocurre el individuo tiende a desestructurarse, es decir, le cuesta más ordenar las ideas, pensar y ser realista, por lo que es necesario favorecer la integración.

“Es bueno que el sujeto esté efectivamente en condiciones de evaluar la situación de manera cabal, ordenar las ideas, priorizar medidas de acción y tener la calma suficiente para esperar. De hecho es muy angustioso desde el punto de vista de la espera donde todo el tipo de información que se maneja es muy incierta, a veces se dice que todo va bien y a veces se dice que va todo mal”, precisa el profesional.

En ese sentido, el especialista advierte que es muy importante que la labor de apoyo se transforme en un canal de comunicación que les permita a estas personas tener una comunicación más limpia y menos afectada por todo el intercambio de datos que se está produciendo.Aclara que cada uno va a enfrentar la crisis y la angustia de acuerdo a su manera de ser y su personalidad.

Sin embargo, considera que es muy probable que para la gran mayoría sea tranquilizador estar en la mina viendo cómo avanzan las faenas y cómo se concentran los esfuerzos en términos de poder llevar adelante el rescate.

“También puede ser que algunas personas se angustien más, en ese caso es recomendable que retomen dentro de lo posible sus vidas normales a la espera de que hayan resultados efectivos”, afirma Emmanuel Rechter. mEn cuanto a la probabilidad de encontrarlos con vida, el sicoanalista de la Universidad Andrés Bello, enfatiza que siempre hay que privilegiar la realidad, sin perder de vista que es razonable tener algunas esperanzas.

“Es una situación que los confronta con la pérdida y la muerte de sus familiares como posibilidad real y eso no hay que negarlo. Es una realidad que nadie la desea y estamos todos esperanzados que no sea así, pero sería muy malo generar falsas expectativas y negar esa realidad, ya que es factible que ocurra un desastre y que esto termine en un resultado muy adverso”, sostiene el profesional.

En relación al comportamiento del Ministro de Minería, Laurence Golborne, quien se puso a llorar cuando ocurrió un nuevo derrumbe, el especialista cree que para algunos familiares haya resultado muy empático porque eso evidencia que está muy afectado e involucrado emocionalmente con lo que está ocurriendo, pero que otras personas pueden haberlo interpretado como un signo de debilidad.

No hay comentarios: