jueves, 30 de septiembre de 2010

Tentativa de Golpe de Estado en Ecuador

Los actuales sucesos en Ecuador, no hace más que demostrar, una vez más, que en América Latina la inestabilidad institucional es una problemática estructural. Ni siquiera los nuevos llamados “poderes revocatorios”, aquellos que permiten llamar a un referéndum que de por terminado el mandato de gobierno del Poder Ejecutivo de manera anticipada, en orden y seguridad, han salvado a Ecuador de un nuevo intento de golpe de Estado.

No obstante ello, la última encuesta Gallup reafirmó el apoyo popular que aglutinaba el mandatario ecuatoriano ante su población. Un 56% de ésta habría votado contra revocar el mandato al Presidente Correa, mientras que un 37% lo hubiere respaldado. Una legitimidad a toda prueba.

Amparado por esta nueva Constitución, Correa fue reelegido en abril de 2009 por otro período, debiendo gobernar hasta el año 2013. Tiempo suficiente para consolidar el modelo social, político y económico que, inspirado por el chavista, no intenta replicarlo. Todo lo contrario. Se aprecia una visión bastante pragmática en torno a la necesidad de reformar la estructura económica del país del norte.

Hoy apreciamos que la continuidad del Gobierno y de la democracia ecuatoriana pende de un hilo, un hilo sostenido por las FF.AA de dicho país, y en especial del Ejército Ecuatoriano. En este sentido resalta el hecho que más allá del apoyo explicito de la más alta autoridad militar ecuatoriana, el Jefe del Comando de las Fuerzas Armadas de Ecuador, Ernesto González, aún el mandatario se encuentra, según algunas versiones, “secuestrado” por miembros de la Policía de dicho país. Una tensa espera y preocupante paralización de las FF.AA ecuatorianas ante el accionar de las fuerzas del orden publico amotinadas y sublevadas.

No obstante que, a primera vista, las exigencias de la Policía ecuatoriana no están asociadas directamente a intereses políticos, como podría ser tomar el control del aparato ejecutivo, sí queda en evidencia que la retención del mandatario busca crear un vacío de poder. De la misma forma, la toma del Congreso y su paralización por prte de elementos de esta fuerza pública va en este mismo camino. Lo anterior queda reafirmado, tal y como ya lo habíamos señalado, por la postura pasiva del Ejército ecuatoriano. Preocupante.

El apoyo declaratorio, decidido y unánime de la comunidad sudamericana de naciones en contra de cualquier intento por llevar a cabo un golpe de Estado en Ecuador es central ante la fragilidad actual de las instituciones en dicho país. Inhibir intenciones antidemocráticas de manera tajante, movilizando a todas las fuerzas políticas y económicas sudamericanas y del hemisferio es vital ante la arremetida de actores que observan un proceso lento pero progresivo de perdida de privilegios.

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