

Además, instituye la formación del Fondo Nacional de Protección Civil, cuyo objetivo es financiar las acciones e iniciativas que contribuyan a la reducción de riesgos, y a lograr un adecuado nivel de preparación ante una eventual emergencia.

Además, instituye la formación del Fondo Nacional de Protección Civil, cuyo objetivo es financiar las acciones e iniciativas que contribuyan a la reducción de riesgos, y a lograr un adecuado nivel de preparación ante una eventual emergencia.
oncretará el lunes, una agenda de actividades paralela al mandatario.
ar de cerca a líderes del Tercer Mundo.
o y, como si fuera poco, camellos y caballos de pura sangre. Supuestamente no podía vivir sin leche de camello ni la tienda. Los animales los donó después al zoológico.
censurada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reciba en América Latina la solidaridad de Fidel Castro, Chávez y Ortega, quienes afirman representar al pueblo, hablan en nombre del Tercer Mundo y portan el Premio Jaddafi a los derechos humanos.
Las bases de la denominada izquierda bolivariana deberían condenar la represión de Jaddafi. Así no sólo contribuirían a buscar una solución pacífica allá, sino también a desalentar a los Castro en la isla, donde se agudiza la crisis.
Jóvenes que no trabajan ni estudian
se explica fundamentalmente porque un grupo de personas que antes apenas accedía a la educación, hoy lo está logrando, y además está educándose por más tiempo. Así, mientras el 75 por ciento de los mayores de 60 años tiene menos de 12 años de escolaridad, en la población menor de 30 esa proporción no llega al 20 por ciento.
Por cierto, esto también podría obedecer a una suerte de transición entre el mundo de la educación y el del trabajo, que sería tomada con calma por los jóvenes provenientes de los hogares de menos ingresos y no afectaría mayormente sus oportunidades laborales. Pero no parece ser ésta la situación.
tiene en las oportunidades de los jóvenes que sufren este desapego. Seguramente él se origina en una multiplicidad de causas, desde situaciones de vida complejas en ambientes de mucho riesgo social hasta ausencia de habilidades no cognitivas esperables en jóvenes que desean iniciar su vida laboral.
trabajo para este grupo específico de jóvenes, añadiendo quizás un apoyo para que perseveren en éste.
Nace un nuevo país
que llegaron en 2005 a dos millones de muertos.
internacional fue incapaz de resolver. El fracaso de las numerosas sanciones sobre Jartum así lo demuestra.
por ciento de su población, unos 140 mil refugiados se aprontan a regresar, pero la futura capital, Juba, carece de infraestructura y servicios apropiados. Sin perjuicio del empuje de sus habitantes, el futuro de esta nación dependerá en gran medida del apoyo que entregue la comunidad internacional. En congruencia con su política de defensa de la libertad y la democracia, Chile probablemente no podrá omitir algún gesto de ayuda.
Decisión en caso Van Rysselberghe
Rysselberghe, cuyo estilo de conducción ha resentido las relaciones entre ambas colectividades a nivel regional, especialmente en Concepción.
convicción más personal: que no había mérito suficiente para remover a Van Rysselberghe. Esta decisión, además de costosa, es impopular, pero en el Mandatario hizo fuerza su trayectoria como alcaldesa, su posible proyección senatorial y muy especialmente su bien evaluado desempeño en las tareas de reconstrucción.


Al parecer no hubo delitos. Ni falsificación de instrumentos, ni malversación, ni nada semejante.
que quien la profirió renunciara o se le pidiera la renuncia.
transgredido deliberadamente las reglas que, sin embargo, era su deber cuidar. ¿Hay algún reproche público? Ninguno. Su partido -la UDI- en vez de insinuar siquiera una queja por la conducta de la intendenta, exige se la respalde.
no es ni un asunto penal, ni legal, ni político. El problema es cívico y debiera interesar a todos: cuáles serán los estándares de conducta con los que se juzgará el quehacer de las autoridades públicas.
Qué duda cabe: la Concertación ha dejado de existir. Es esta conclusión la que se desprende de los dimes y diretes de los presidentes de los cuatro partidos concertados, tras un errático comportamiento legislativo a lo largo del 2010, una que otra mayoría relativa para aprobar proyectos de ley del Gobierno y el abandono de la coalición de dos diputados, René Alinco (ex PPD) y Sergio Aguiló (ex PS). Efectivamente esto no da para más, como así lo prueba la declaración conjunta leída (y ya no improvisada, lo que da luces sobre la gravedad de los dilemas del conglomerado) por el timonel del PS, Osvaldo Andrade, en la que se subraya el compromiso de los 4 partidos de recomponer totalmente a esta coalición de centroizquierda. El problema es que, llevado a la realidad, nadie sabe exactamente qué significa “recomponer” —una opción minimalista— o “refundar” a la Concertación —una alternativa tan maximalista como ajustada a la complejidad de la actual coyuntura.
Tras 20 años de gobierno ininterrumpido y uno de oposición paupérrima, “refundar” significa antes que nada desechar dos ejercicios estériles, porque de ellos nada se podrá sacar en limpio ante la imposibilidad de llegar a acuerdos. El primero consiste en concordar en un balance de dos décadas de hegemonía gubernamental, y el segundo en entenderse sobre las razones de por qué se perdió en la última elección presidencial. Tesis “corta” versus tesis “larga”, o el vaso medio lleno enfrentado al vaso medio vacío.
Algunos podrán objetar —con la apariencia del sentido común— que si no es posible concordar en estos dos ejercicios elementales, será imposible reconstruir la coalición. Y es cierto:
precisamente por ello es que lo único que cabe hacer es refundar esta alianza política sobre nuevas bases, en donde el futuro tensiona la práctica del presente. En cuanto al balance, cada cual experimentará la historia de estas dos décadas a su manera, hasta que la reflexión de los intelectuales —también ella divergente— cruce el umbral de los partidos y se transforme en el cemento de la memoria colectiva, aquella que perdura. Así fue en España y Francia tras más de una década de gobiernos de izquierda en cada caso, y así será en Chile.
Siendo diferentes todas las demás cosas, para refundar es importante distinguir entre el proyecto y el programa, en donde el primero posee una vida útil muy superior al segundo, al dibujar ideas gruesas de reformas para aproximarse a una sociedad deseable (pongamos por caso en 20 años más). Se debe entonces comenzar con un proyecto poblado de metas de mediano y largo plazo, el que deberá ser diseñado por fuerzas sociales y políticas. ¿Cómo hacerlo de verdad?
Inventando un foro político y social de carácter permanente, formado por varias decenas de personas representativas y legitimadas por organizaciones sociales y partidos. Es ese foro el que deberá nutrir de ideas de proyecto a la política opositora. En cuanto al programa, éste vendrá por añadidura y cuando corresponda, en donde manda el largo plazo (eso que antaño se llamaba proyecto histórico), lo que resta dramatismo a la identidad de los redactores.
Ciertamente, en este diseño de coalición política y social entre el centro y la izquierda existen obstáculos y riesgos. El primero de ellos es la desconfianza del mundo social hacia los partidos.
El segundo, la capacidad de la propia sociedad civil que se siente de centro o de izquierda social en generar representantes y liderazgos claros (¿quién o quiénes, por ejemplo, y de qué modo surgirán las representantes del mundo feminista?). El tercero, la amenaza de absorción de los partidos por la sociedad civil. El cuarto, la posibilidad siempre presente de manipulación de la sociedad civil por parte de los partidos. Finalmente, el escepticismo DC sobre su propia capacidad en encontrar eco social en esta esquiva sociedad civil, entendiendo como tal asociaciones, ONGs, sindicatos, gremios, federaciones estudiantiles, etc. Todas estas manifestaciones de desconfianza deberán ser superadas por reglas y procedimientos, algo así como una Constitución que permita vivir juntos a estos dos mundos que fueron separados a partir de 1990.
Un movido y extenuante 2011 se le avecina a Mario Carroza, además de investigar la muerte del ex presidente Salvador Allende, el juez tiene planeado aclarar varios casos que han dormido en tribunales por años. “Pretendo llegar donde ningún hombre ha llegado antes… todo por la justicia”, afirma.
Motín contra Arturo Prat: Carroza tiene en carpeta investigar un posible motín que se habría producido a bordo de La Esmeralda y que habría terminado con Arturo Prat siendo disparado vía cañón hacia el Huáscar. “Es importante que se sepa la verdad. Vamos a empezar la investigación a penas el fisco nos autorice los 23 millones de dólares que sale hacer la reconstitución de escena”, dijo
el juez.
Asesinato de José Manuel Balmaceda: A las manos del juez llegó una carta anónima señalando que la muerte del ex presidente Balmaceda no sería producto de un suicidio como dice la historia, si no que un magnicidio de tomo y lomo. “Según mi fuente, una horda revolucionaria habría asesinado al presidente Balmaceda tirándole un piano en la cabeza”, señaló Carroza.
Fallida rinoplastia a Eduardo Frei Montalva: El juez destaparía un gran secreto: por temor a ser tildado de vanidoso, el ex mandatario Eduardo Frei, habría camuflado una cirugía plástica a la nariz como una operación de hernia de hiato en 1982, “Tengo una declaración del médico a cargo de la operación que me entregó un borracho a la salida de la Piojera, y que paso a leer textual: El presidente quería una nariz respingada como la de este señor (muestra foto de Alessandri), lamentablemente la enfermera confundió la anestesia con arsénico. Fin de la declaración”.
Tongo en muerte de Jesús: “Es un secreto a voces”, dice el juez. “¿Dónde está el cuerpo? ¿Dónde están las pruebas? Hay muchas personas que afirman haberlo visto caminando como si nada al tercer día… todo eso es muy raro y hay que llegar al fondo del asunto”, concluye Carroza.
El general Guillermo Castro Muñoz, actual jefe del Estado Mayor del Ejército, reconoció haber sido un agente de la temible Central Nacional de Informaciones (CNI), la policía secreta de Augusto Pinochet, según una declaración judicial a la que tuvo acceso Efe.
El general, un especialista en el área de inteligencia y el segundo militar con más antigüedad en la institución castrense, reconoció su pertenencia a la CNI en una declaración judicial que prestó en la investigación por la masacre de 22 campesinos en Paine, en el sur del país, ocurrida en octubre de 1973.
En la declaración, del 19 de junio de 2003 y en la que participó en calidad de testigo, el actual “número dos” del Ejército relata que estuvo en la Escuela de Infantería de San Bernardo, cerca de Santiago, hasta fines de diciembre de 1973, y a principios de 1974 hizo un curso en Panamá.
“En marzo 1974 se me destinó al regimiento de Infantería N°16 de Talca, y en 1979 se me envía a la Comandancia en Jefe, a la Central Nacional de Informaciones“, señaló el uniformado. Castro añadió que permaneció en ese organismo represor hasta 1982, cuando se fue “a la Cuarta Comisión Legislativa (de la Junta Militar) y en 1985 ingreso a la Academia de Guerra“.
Hasta el momento se desconocen las labores que cumplió el general en la CNI, organismo que a fines de 1977 reemplazó a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de Pinochet.
En el proceso judicial por la muerte de los 22 campesinos, el juez Héctor Solís aún trata de identificar a un oficial del Ejército que en 1973 servía en la Escuela de Infantería de San Bernardo con el grado de subteniente, y que participó en la matanza junto al coronel retirado Andrés Magaña, que se encuentra procesado.
El 14 de enero de 2008, el general Castro prestó una segunda declaración en la investigación del mismo caso, aunque esta vez en calidad de inculpado. En esa declaración, a la que tuvo acceso Efe, el uniformado admitió que después del golpe militar también formó parte de una compañía de fusileros en el llamado “Cuartel Dos”, de la Escuela de Infantería de San Bernardo, recinto que fue un centro de detención conocido como Cerro Chena. Sin embargo, Castro dijo al magistrado que “en el ‘Cuartel Dos’ nunca vi detenidos y sólo me enteré después por la prensa que los hubo”.
El general Castro es en la actualidad el “número dos” del Ejército, y se encarga, entre otras funciones, de firmar los informes y documentos que la institución envía a los jueces que investigan la participación de uniformados en los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1973-1990).
Tanto el anterior comandante en jefe del Ejército y actual subsecretario de Defensa, general Oscar Izurieta, como el actual jefe de esa rama castrense, general Juan Miguel Fuente-Alba, han manifestado que en el cuerpo de generales de la institución no queda ningún ex agente de la DINA o la CNI que permanezca en servicio activo.