lunes, 28 de febrero de 2011
Gobierno califica de "indignante" que hubiesen teléfonos satelitales guardados el 27-F
Democracia y comunicación: lo normal está tergiversado
Ayer fueron detenidos durante varias horas, por Carabineros de Chile, unos jóvenes que caminaban con carteles y banderas por el Paseo Huérfanos. Sí, leíste bien, caminaban por un paseo peatonal. No estaban cortando el tránsito, no se habían tomado la calle: caminaban por un paseo peatonal. Algunas horas más tarde otros jóvenes fueron reprimidos en Viña por pedir una gaviota para Calle 13.
Los del paseo Huérfanos, antes de ser detenidos habían sido reprimidos con lo que en la mayoría de los países se llama cañón de agua, y al que en Chile damos el simpático nombre de “guanaco”. Acá, su uso nos parece normal; en la mayoría de los países democráticos el uso del cañón de agua o de bombas lacrimógenas se reserva sólo para situaciones extremas, es equivalente a usar un arma. No quiero explicar por qué acá es normal, o de dónde viene, o por qué somos así: quiero dejar claro que en democracia es inaceptable. La brutalidad del Estado contra un grupo de jóvenes que quieren plantear su punto de vista nos degrada como personas y como sociedad.
Fueron detenidos y reprimidos “por estar defendiendo Isla Riesco”. Y de alguna manera, en esa frase se cuela otra dimensión de lo normal: cuando uno lucha “por algo” es normal ser reprimido o detenido. Sí, efectivamente, es normal ser detenido y hasta asesinado cuando uno lucha por algo, en una dictadura. En todas las últimas declaraciones de Estados Unidos sobre las rebeliones en el “Mundo Árabe” se subraya “el derecho a reunirse, manifestarse y expresarse libremente”.
¿Por qué eso es distinto en Chile? ¿Porque aquí estamos en democracia? Sería la paradoja más absurda. No es normal ser arrestado y golpeado por llevar un cartel en una democracia. Urge que nos saquemos la dictadura de la cabeza y el corazón: es escandaloso que un grupo de jóvenes o un ciudadano sea reprimido por portar un cartel o por pedir una gaviota. Lo normal es que habitemos un país donde las personas pueden caminar, pensar y decir lo que quieren sin miedo: el derecho a la comunicación nos constituye como seres humanos. Lo normal es que todos podamos ejercer el derecho a plantear pacíficamente nuestra posición, en los medios de comunicación, en las redes sociales, con carteles o con canciones. Lo normal es que las calles y plazas sean el espacio de reunión, de expresión y convivencia de la ciudadanía.
No importa si es por la gaviota a Calle 13, Isla Riesco, el Gas, Alto Maipo, las reivindicaciones laborales, el apoyo a la disidencia en Cuba o en Libia, el aborto, la prevención del sida, los pueblos originarios, el pase escolar, la igualdad de la mujer o la calidad de los servicios: los ciudadanos tienen derecho a manifestar lo que piensan. El derecho a la comunicación es básico y elemental, nunca podemos dejar pasar por alto su violación. Sin derecho a la comunicación no hay posibilidad de conversar, no hay democracia, no hay comunidad nacional.
27-F: Concertaci{on prepara informe sobre retrasos en construcción
A días de conmemorar el primer aniversario del terremoto, en la Concertación adelantaron que no participarán en las actividades de gobierno.
vivienda o subsidio, ninguna casa se ha empezado a construir. Ningún campamento de Talcahuano tiene agua, nadie tiene agua en toda la comuna hace un año (…)
estamos disponibles”.
Los camellos de Jaddafi
Ahora que veo a Muamar Jaddafi calificando a los opositores de ratas, mercenarios y agentes del imperialismo, y amenazándolos con prolongar el baño de sangre hasta la última bala, me viene a la memoria el Jaddafi que vi en septiembre de 1989, en Belgrado, durante la IX Cumbre del Movimiento de Países No Alineados. Entonces, como corresponsal de una agencia italiana, pude observar de cerca a líderes del Tercer Mundo.
Quien sobresalía lejos por su megalomanía era el coronel libio.
Las bases de la denominada izquierda bolivariana deberían condenar la represión de Jaddafi. Así no sólo contribuirían a buscar una solución pacífica allá, sino también a desalentar a los Castro en la isla, donde se agudiza la crisis.
jueves, 17 de febrero de 2011
Jóvenes que no trabajan ni estudian
Las oportunidades educacionales de las generaciones más jóvenes han subido considerablemente respecto del pasado, y la escolaridad de la población se ha elevado significativamente. Según la encuesta Casen, las personas de entre 20 y 30 años tienen una escolaridad promedio de 12,6 años, superando en 5,5 años la de los mayores de 60. Esto se debe a la masificación de la educación y a un creciente acceso a la enseñanza superior.
Pese a esos avances, llama la atención que el 28 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja. En particular alarmante es que esta proporción llegue al 52 por ciento entre los jóvenes del primer quintil de ingresos (el más pobre), sobre todo porque más del 60 por ciento de ellos completó la educación media.
Por cierto, esto también podría obedecer a una suerte de transición entre el mundo de la educación y el del trabajo, que sería tomada con calma por los jóvenes provenientes de los hogares de menos ingresos y no afectaría mayormente sus oportunidades laborales. Pero no parece ser ésta la situación.
Se debería tratar de abordar esta realidad de manera integral, por el impacto de largo plazo que tiene en las oportunidades de los jóvenes que sufren este desapego. Seguramente él se origina en una multiplicidad de causas, desde situaciones de vida complejas en ambientes de mucho riesgo social hasta ausencia de habilidades no cognitivas esperables en jóvenes que desean iniciar su vida laboral.
A este respecto se observa en Chile una ausencia de políticas, o bien la existencia de algunas muy alambicadas y paternalistas, que pierden de vista los objetivos centrales que debiesen tener: facilitar el tránsito entre la vida escolar y el primer trabajo para este grupo específico de jóvenes, añadiendo quizás un apoyo para que perseveren en éste.
Nace un nuevo país
En cinco meses más nacerá un nuevo Estado: Sudán del Sur. Así se desprende de los resultados del referendo en el sur de este país africano a mediados de enero. Casi cuatro millones de votantes ratificaron la secesión de Sudán por 98,83 por ciento.
El Presidente sudanés, Omar Al Bashir, aceptó públicamente el resultado, iniciando así el proceso de separación definitiva, que deberá concretarse el próximo 9 de julio.
A primera vista, esto da la impresión de un proceso extremadamente civilizado de división territorial. En realidad, el nacimiento de este nuevo Estado es la culminación de una larga historia de violencia. Durante 20 años, Sudán fue escenario de dos sangrientas guerras civiles -entre el norte musulmán, respaldado por el gobierno en Jartum, y el sur, cristiano y animista-, que llegaron en 2005 a dos millones de muertos.
En 2003 estalló un nuevo conflicto en la región occidental de Darfur, que se tradujo en una crisis humanitaria que causó 300 mil muertos y 2,7 millones de desplazados, según cifras de Naciones Unidas. Esta finalmente motivó la intervención de la ONU y la Unión Africana, a través de miles de fuerzas de paz.
A raíz del conflicto en Darfur, la Corte Penal Internacional ordenó en 2009 el arresto del Presidente de Sudán por crímenes de guerra y lesa humanidad, convirtiendo a Al Bashir -quien llegó al poder tras un golpe militar en 1989- en el primer Jefe de Estado en funciones que es requerido por dicha corte.
Y queda aún por delante comprobar si efectivamente el gobierno de Omar Al Bashir cumplirá su palabra, considerando que en los próximos meses los representantes del norte y del sur deben zanjar aspectos clave, como la delimitación de las fronteras, el reparto de los ingresos por concepto de la exportación de crudo -los principales yacimientos están en el sur, pero para exportarlo se tiene que usar el oleoducto que cruza el norte- y la situación de la disputada región fronteriza de Abyei, rica en reservas de petróleo.
Además, Sudán del Sur deberá resolver otros gravísimos asuntos. El analfabetismo afecta al 85 por ciento de su población, unos 140 mil refugiados se aprontan a regresar, pero la futura capital, Juba, carece de infraestructura y servicios apropiados. Sin perjuicio del empuje de sus habitantes, el futuro de esta nación dependerá en gran medida del apoyo que entregue la comunidad internacional. En congruencia con su política de defensa de la libertad y la democracia, Chile probablemente no podrá omitir algún gesto de ayuda.
Decisión en caso Van Rysselberghe
En contra del pronóstico de la calle, reflejado en las encuestas, el Gobierno decidió respaldar y confirmar en su cargo a la intendenta Jacqueline van Rysselberghe. La máxima autoridad del Biobío había dicho, en una reunión con vecinos, que "inventó una historia" para gestionar beneficios habitacionales para pobladores que no cumplían los requisitos para ser destinatarios de ayudas vinculadas al terremoto.
Los alegatos referidos a que la grabación del audio e imágenes de la intendenta en la reunión con los pobladores de villa Aurora de Chile -difundida por el senador Alejandro Navarro- se obtuvo de manera subrepticia no parecen atendibles. Un encuentro de esa naturaleza -entre la máxima autoridad regional y representante del Presidente y una numerosa concurrencia de vecinos y sus dirigentes- es esencialmente público.
Pese a las presiones de ambos partidos de la Alianza -con numerosas voces de RN que pedían la salida de la intendenta y la UDI recriminando al Ejecutivo su falta de apoyo a Van Rysselberghe-, La Moneda mantuvo su planificación original de despejar la existencia de cualquier irregularidad administrativa y penal antes de hacer valer las consideraciones políticas y resolver su permanencia o remoción.
Una resolución más ágil habría ayudado a reducir las posibilidades de fricción dentro y fuera del oficialismo.
Mal que mal, el episodio mostró la fragilidad del espíritu asociativo entre los partidos de la Alianza, aunque esto se puede haber visto exacerbado por tratarse de Van Rysselberghe, cuyo estilo de conducción ha resentido las relaciones entre ambas colectividades a nivel regional, especialmente en Concepción.
Entre tanto, el Ejecutivo debió lidiar con la molestia e indignación de la ministra de Vivienda y Urbanismo, Magdalena Matte, por la manera en que la intendenta involucró a esa cartera en la polémica que la afectaba, y con el análisis de las encuestas, que en todo este conflicto han sido severas con esa autoridad regional, la UDI y el Gobierno.
El Mandatario sólo interrumpió su hoja de ruta para anticipar que las expresiones de Van Rysselberghe le parecían muy desafortunadas, pero animadas por una buena causa, en favor de pobladores de alta vulnerabilidad.
El transcurso del tiempo puede ser un aliado del Gobierno si no fructifica la acusación constitucional. Hasta aquí, todo indica que Van Rysselberghe efectivamente no le mintió a "ninguna autoridad ni falseo ningún documento" -como señala su última declaración pública-, pero su afán de protagonismo la llevó a "inventar una historia" a su audiencia respecto de su propio papel en la solución del problema habitacional de los pobladores de la villa Aurora de Chile y del verdadero estado de avance en que se encuentra esa gestión. Esa responsabilidad cívica es la que deberá enfrentar hoy de cara a los habitantes de la región y mañana frente a esos electores, si se concretan sus aspiraciones senatoriales.
lunes, 14 de febrero de 2011
Gracias por darle color y amor a mi vida y te pido perdón de corazón
Sé que he cometido muchos errores como los de ayer y durante el viaje por no confiar en ti, fui un estúpido pero a veces siento que tengo trancas o verguenza al minuto de contar cosas mías o situaciones en que me encuentre con incomodidad, por prejuiciosos o tonteras mías, tengo que saber confiar más en la gente y primero en mi mismo, mi amor te extrañado mucho desde que te deje en el metro hoy en la mañana, no he dejado de recordar los hermosos momentos que vivimos en Arica y en Bolivia, con tu familia y amigos, les agradezco mucho a tu familia por la gentileza y buena onda en las dos semanas y media que estuve con ellos, hace muchos años que no estaba en una casa donde de verdad es un hogar con amor y cálido y extrañaba eso quizás porque no lo vivo hace mucho tiempo con los míos.
Cuando salíamos en estás vacaciones lo disfrutaba mucho en todas partes en Bolivia y en Arica y hace un rato llamé a mi viejita y le conte todo lo que había echo, aunque no con detalles por verguenza a que me diga te lo dije, aunque uno aprende de sus errores pero de la forma en que ha ocurrido todo y acosta de tu dolor y que haya hecho daño a la mujer que amo y es mi pareja no debo volver a tropezarme con la misma piedra además debo, tengo y haré todo para confiar y en decirte todo lo que me pasa cuando y no mentirte más y saber decirte que no puedo cuando me digas que vayamos de viaje o a alguna parte decirte cuando no tengo plata.
Te amo demasiado y lo hago por nosotros dos, no quiero perderte y tú no te mereces todo lo malo y el dolor que te causado, tú te sacas la cresta y has puesto mucho en nuestra relación.
Espero pasemos un lindo día de los enamorado y del amor y de la amistad además ir en la noche al cine a ver EL CISNE NEGRO y en la noche te cocinaré algo y devolverte lo que te dije ayer, me dió mucha pena ver como estabas de ánimo en la mañana cuando te deje en el metro Baquedano, he pensado todo el día en eso y que estás así por mi culpa me duele hacerte daño.
Mi amor te amo y te extraño eres una gran mujer y un ser humano que hace el bien común antes de pensar en el tuyo, estoy orgulloso de ti y de todo lo que haces y has logrado, te mando un abrazo y eres muy importante para mi y para mucha gente que te amamos y te apoyamos en todo, mi amor feliz 14 de febrero y te daré todo el amor que tengo y que necesites , el cariño, la preocupación, la atención ante todo todo y los regaloneos o detalles eso es amor verdadero te amo y te deseo lo mejor del mundo y el mayor de los exitos a todos tus planes y proyectos que tengas a futuro y nos vemos en la tarde después del trabajo en tu depto. y ahí te trataré de cocinar algo o sino vamos a comprar algo rico como comida china o comemos tacos que sé que te encantan y a mi también la verdad y sobre todo a tu lado, me fascina estar en compañia de ti.
Ya nos vemos y espero que almuerces y que te cuides hace un calor que no doy más son casi la
una de la tarde y no doy más acá se tranquilizaron un poco las cosas en el trabajo en Pulse y a la Bayer voy en la tarde y luego a buscar unas cosas en mi casa como camisas y llevarte comida o cosas que falten en tu depto. como siempre y con mucho amor lo hago, te amo mi vida, mi topita hermosa, besos ya abrazos. Me nació del corazón escribirte esto aunque prefería una carta pero creo que es más lindo de está manera.
Te pido muchas disculpas y espero que me puedas perdonar pero de corazón por todas las estupideces que he hecho y dicho y por el dolor que te he causado. Nos vemos mi amor. Te amo.
El caso Van Rysselberghe
La intendenta Van Rysselberghe plantea un serio problema al Gobierno. Confesó en público haber simulado antecedentes e inventado historias -en una palabra, mentido- para obtener subsidios del Gobierno central.
Al parecer no hubo delitos. Ni falsificación de instrumentos, ni malversación, ni nada semejante.
Lo que hubo fue una mentira: ella confesó haber disfrazado la realidad para favorecer a un grupo de pobladores (y de paso a sí misma, puesto que es a ella a quien esos pobladores le estarían toda la vida agradecidos).
¿Es suficiente una mentira como esa -decir de lo que no es, que es- para ser destituído de un cargo público de exclusiva confianza del Presidente?
En las democracias maduras una mentira como esa -incluso obviando el raro tono paternalista con que algunos personeros de derecha se relacionan con la gente pobre- bastaría para que quien la profirió renunciara o se le pidiera la renuncia.
Excepto en Chile.
Aquí cada vez que se constata un error de alguna autoridad, incluso craso, primero se piden informes legales para verificar si se transgredió o no la ley. Como si la no comisión de delitos penales fuera el único estándar que debe satisfacerse para ejercer un cargo público. Los ejemplos sobran. En los inicios del gobierno se acusaron múltiples conflictos de interés. Se dijo entonces que si la ley no los prohibía, no había nada que reprochar.
Esta vez la intendenta Van Rysselberghe confesó haber simulado antecedentes -en rigor, mentido- para obtener subsidios del Gobierno central. En otras palabras, declaró haber transgredido deliberadamente las reglas que, sin embargo, era su deber cuidar. ¿Hay algún reproche público? Ninguno. Su partido -la UDI- en vez de insinuar siquiera una queja por la conducta de la intendenta, exige se la respalde.
Simplemente increíble.
Hasta ahora se conocían actos corruptos (los hubo sin duda en los gobiernos de la Concertación); pero lo que no se conocía eran solicitudes de apoyo, provenientes de un partido político, para un comportamiento confesadamente mendaz.
¿Qué se dirá de aquí en adelante a quienes alteren sus datos para obtener beneficios, a los estudiantes que imaginen excusas para obviar sanciones, a los parlamentarios que mientan para cobrar las dietas, al Presidente cuando, por descuido, afán narcisista o motivos peores, cambie su versión respecto de un asunto de interés público? ¿Que si no es delito no importa?
Lo que está en cuestión en el caso Van Rysselberghe -quien a los procedimientos habituales del caciquismo sumó la mentira- no es ni un asunto penal, ni legal, ni político. El problema es cívico y debiera interesar a todos: cuáles serán los estándares de conducta con los que se juzgará el quehacer de las autoridades públicas.
Hasta ahora -no vale la pena engañarse- la vara está por el suelo.
Y es probable que todo este asunto no importe tanto por el futuro político de la Intendenta (después de todo se conocen casos en que actos peores no impidieron a su autor acceder a la Presidencia de la República) sino por el tipo de reglas que orientarán la vida cívica y los comportamientos que sus partícipes estarán dispuestos a exigirse unos a otros.
sábado, 12 de febrero de 2011
Qué significa refundar la Concertación
Qué duda cabe: la Concertación ha dejado de existir. Es esta conclusión la que se desprende de los dimes y diretes de los presidentes de los cuatro partidos concertados, tras un errático comportamiento legislativo a lo largo del 2010, una que otra mayoría relativa para aprobar proyectos de ley del Gobierno y el abandono de la coalición de dos diputados, René Alinco (ex PPD) y Sergio Aguiló (ex PS). Efectivamente esto no da para más, como así lo prueba la declaración conjunta leída (y ya no improvisada, lo que da luces sobre la gravedad de los dilemas del conglomerado) por el timonel del PS, Osvaldo Andrade, en la que se subraya el compromiso de los 4 partidos de recomponer totalmente a esta coalición de centroizquierda. El problema es que, llevado a la realidad, nadie sabe exactamente qué significa “recomponer” —una opción minimalista— o “refundar” a la Concertación —una alternativa tan maximalista como ajustada a la complejidad de la actual coyuntura.
Tras 20 años de gobierno ininterrumpido y uno de oposición paupérrima, “refundar” significa antes que nada desechar dos ejercicios estériles, porque de ellos nada se podrá sacar en limpio ante la imposibilidad de llegar a acuerdos. El primero consiste en concordar en un balance de dos décadas de hegemonía gubernamental, y el segundo en entenderse sobre las razones de por qué se perdió en la última elección presidencial. Tesis “corta” versus tesis “larga”, o el vaso medio lleno enfrentado al vaso medio vacío.
Algunos podrán objetar —con la apariencia del sentido común— que si no es posible concordar en estos dos ejercicios elementales, será imposible reconstruir la coalición. Y es cierto:
precisamente por ello es que lo único que cabe hacer es refundar esta alianza política sobre nuevas bases, en donde el futuro tensiona la práctica del presente. En cuanto al balance, cada cual experimentará la historia de estas dos décadas a su manera, hasta que la reflexión de los intelectuales —también ella divergente— cruce el umbral de los partidos y se transforme en el cemento de la memoria colectiva, aquella que perdura. Así fue en España y Francia tras más de una década de gobiernos de izquierda en cada caso, y así será en Chile.
Siendo diferentes todas las demás cosas, para refundar es importante distinguir entre el proyecto y el programa, en donde el primero posee una vida útil muy superior al segundo, al dibujar ideas gruesas de reformas para aproximarse a una sociedad deseable (pongamos por caso en 20 años más). Se debe entonces comenzar con un proyecto poblado de metas de mediano y largo plazo, el que deberá ser diseñado por fuerzas sociales y políticas. ¿Cómo hacerlo de verdad?
Inventando un foro político y social de carácter permanente, formado por varias decenas de personas representativas y legitimadas por organizaciones sociales y partidos. Es ese foro el que deberá nutrir de ideas de proyecto a la política opositora. En cuanto al programa, éste vendrá por añadidura y cuando corresponda, en donde manda el largo plazo (eso que antaño se llamaba proyecto histórico), lo que resta dramatismo a la identidad de los redactores.
Ciertamente, en este diseño de coalición política y social entre el centro y la izquierda existen obstáculos y riesgos. El primero de ellos es la desconfianza del mundo social hacia los partidos.
El segundo, la capacidad de la propia sociedad civil que se siente de centro o de izquierda social en generar representantes y liderazgos claros (¿quién o quiénes, por ejemplo, y de qué modo surgirán las representantes del mundo feminista?). El tercero, la amenaza de absorción de los partidos por la sociedad civil. El cuarto, la posibilidad siempre presente de manipulación de la sociedad civil por parte de los partidos. Finalmente, el escepticismo DC sobre su propia capacidad en encontrar eco social en esta esquiva sociedad civil, entendiendo como tal asociaciones, ONGs, sindicatos, gremios, federaciones estudiantiles, etc. Todas estas manifestaciones de desconfianza deberán ser superadas por reglas y procedimientos, algo así como una Constitución que permita vivir juntos a estos dos mundos que fueron separados a partir de 1990.
martes, 1 de febrero de 2011
Exclusivo: Los nuevos casos que investigará el Juez Carroza
Un movido y extenuante 2011 se le avecina a Mario Carroza, además de investigar la muerte del ex presidente Salvador Allende, el juez tiene planeado aclarar varios casos que han dormido en tribunales por años. “Pretendo llegar donde ningún hombre ha llegado antes… todo por la justicia”, afirma.
Motín contra Arturo Prat: Carroza tiene en carpeta investigar un posible motín que se habría producido a bordo de La Esmeralda y que habría terminado con Arturo Prat siendo disparado vía cañón hacia el Huáscar. “Es importante que se sepa la verdad. Vamos a empezar la investigación a penas el fisco nos autorice los 23 millones de dólares que sale hacer la reconstitución de escena”, dijo
el juez.
Asesinato de José Manuel Balmaceda: A las manos del juez llegó una carta anónima señalando que la muerte del ex presidente Balmaceda no sería producto de un suicidio como dice la historia, si no que un magnicidio de tomo y lomo. “Según mi fuente, una horda revolucionaria habría asesinado al presidente Balmaceda tirándole un piano en la cabeza”, señaló Carroza.
Fallida rinoplastia a Eduardo Frei Montalva: El juez destaparía un gran secreto: por temor a ser tildado de vanidoso, el ex mandatario Eduardo Frei, habría camuflado una cirugía plástica a la nariz como una operación de hernia de hiato en 1982, “Tengo una declaración del médico a cargo de la operación que me entregó un borracho a la salida de la Piojera, y que paso a leer textual: El presidente quería una nariz respingada como la de este señor (muestra foto de Alessandri), lamentablemente la enfermera confundió la anestesia con arsénico. Fin de la declaración”.
Tongo en muerte de Jesús: “Es un secreto a voces”, dice el juez. “¿Dónde está el cuerpo? ¿Dónde están las pruebas? Hay muchas personas que afirman haberlo visto caminando como si nada al tercer día… todo eso es muy raro y hay que llegar al fondo del asunto”, concluye Carroza.
Una verguenza para el país
Número dos del Ejército reconoció haber sido miembro de la CNI
El general Guillermo Castro Muñoz, actual jefe del Estado Mayor del Ejército, reconoció haber sido un agente de la temible Central Nacional de Informaciones (CNI), la policía secreta de Augusto Pinochet, según una declaración judicial a la que tuvo acceso Efe.
El general, un especialista en el área de inteligencia y el segundo militar con más antigüedad en la institución castrense, reconoció su pertenencia a la CNI en una declaración judicial que prestó en la investigación por la masacre de 22 campesinos en Paine, en el sur del país, ocurrida en octubre de 1973.
En la declaración, del 19 de junio de 2003 y en la que participó en calidad de testigo, el actual “número dos” del Ejército relata que estuvo en la Escuela de Infantería de San Bernardo, cerca de Santiago, hasta fines de diciembre de 1973, y a principios de 1974 hizo un curso en Panamá.
“En marzo 1974 se me destinó al regimiento de Infantería N°16 de Talca, y en 1979 se me envía a la Comandancia en Jefe, a la Central Nacional de Informaciones“, señaló el uniformado. Castro añadió que permaneció en ese organismo represor hasta 1982, cuando se fue “a la Cuarta Comisión Legislativa (de la Junta Militar) y en 1985 ingreso a la Academia de Guerra“.
Hasta el momento se desconocen las labores que cumplió el general en la CNI, organismo que a fines de 1977 reemplazó a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de Pinochet.
En el proceso judicial por la muerte de los 22 campesinos, el juez Héctor Solís aún trata de identificar a un oficial del Ejército que en 1973 servía en la Escuela de Infantería de San Bernardo con el grado de subteniente, y que participó en la matanza junto al coronel retirado Andrés Magaña, que se encuentra procesado.
El 14 de enero de 2008, el general Castro prestó una segunda declaración en la investigación del mismo caso, aunque esta vez en calidad de inculpado. En esa declaración, a la que tuvo acceso Efe, el uniformado admitió que después del golpe militar también formó parte de una compañía de fusileros en el llamado “Cuartel Dos”, de la Escuela de Infantería de San Bernardo, recinto que fue un centro de detención conocido como Cerro Chena. Sin embargo, Castro dijo al magistrado que “en el ‘Cuartel Dos’ nunca vi detenidos y sólo me enteré después por la prensa que los hubo”.
El general Castro es en la actualidad el “número dos” del Ejército, y se encarga, entre otras funciones, de firmar los informes y documentos que la institución envía a los jueces que investigan la participación de uniformados en los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1973-1990).
Tanto el anterior comandante en jefe del Ejército y actual subsecretario de Defensa, general Oscar Izurieta, como el actual jefe de esa rama castrense, general Juan Miguel Fuente-Alba, han manifestado que en el cuerpo de generales de la institución no queda ningún ex agente de la DINA o la CNI que permanezca en servicio activo.